México, DF
En ´Los hijos del tiempo´, la actriz se muestra reflexiva sobre los vicios del sistema capitalista.
Alejada de los reflectores y sin extrañar la actuación, Ana Colchero ha encontrado en la literatura la libertad creativa para crear realidades paralelas que incentiven la reflexión colectiva.
En su más reciente novela “Los hijos del tiempo”, la otrora actriz mexicana de telenovelas reflexiona sobre los vicios del sistema capitalista. Y aunque la trama transcurre en el año 2060, Colchero asegura que coincide con la crisis financiera mundial actual y las contradicciones que enfrenta la sociedad contemporánea, que podría dar un giro por medio de la tecnología.
“La economía y la evolución de la producción con grandes niveles de tecnología van desplazando una cantidad de mano de obra que nos lleva a un momento como éste, en el que millones de seres humanos estamos al margen de la vida laboral y al margen del consumo y bienestar en general”, dijo Colchero el lunes una entrevista con The Associated Press.
“Estamos en un momento de transición en que las cosas se tienen que definir porque el sistema está entrando en crisis constantemente y la sociedad cada vez resiste menos esta explosión. Lo más importante es que la tecnología está tan avanzada que ya podríamos reorganizarnos como sociedad”, agregó Colchero, quien promocionaba su novela en México.
Publicada por el sello Suma de Letras, “Los hijos del tiempo” sigue a una sociedad “urana” que aparentemente ha logrado la perfección tras una cruzada iniciada por la clase política después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 para eliminar a elementos “nocivos”, como pobres y culturas y razas consideradas inferiores. Los sobrevivientes de esa cruzada, los “dalits”, viven en el subsuelo hasta que en el 2060 tres de ellos comienzan una rebelión que destapa las manipulaciones de la clase política dirigente.
Aunque el planteamiento del texto coincide con muchos elementos actuales, Colchero aseguró que en su novela de ciencia ficción no busca criticar el sistema capitalista ni abanderar un movimiento opositor.