MEXICO, DF
De ser un aderezo en las ferias, el cartel artístico se convirtió en un rentable negocio para empresarios y cantantes de música popular.
Existen desde la época de la Colonia, fueron creados para bailables y peleas de gallos, pero el tiempo los volvería un “negocio rentable”.
El palenque en México, como foro artístico, se ha convertido en una tradición y el lugar idóneo para disfrutar de su cantante o grupo favorito, pero ¿qué hace especial a este foro?
“Es un espacio diferente. Desde el ambiente, hasta la posibilidad de comer y beber los ponen en preferencia del público. Muchas veces es en un municipio; regularmente no los visitan los artistas y es el momento de salir y verlos, con todo lo que conlleva una fiesta de este tipo”, platica Cornelio Sánchez Salgado, miembro del patronato de la festividad de Aguascalientes, la más longeva del país con 184 años de existencia.
No es difícil de adivinar a “los favoritos” del público y empresarios: Alejandro y Vicente Fernández, Juan Gabriel, Joan Sebastian, La Arrolladora Banda El Limón de René Camacho y, últimamente, Jenni Rivera y Espinoza Paz.
“Esto se rige por el momento musical, pero hay clásicos dentro del palenque que son obligados, que la gente pide y que hay que llevar o te expones simplemente a renunciar a una buena entrada de dinero”, explica Emilio Vega Rueda, presidente del patronato de la Feria de Texcoco.
Hay alrededor de 5 mil ferias del pueblo y festividades en toda la República Mexicana, unas más populares que otras, pero en todas la forma de comercializar las fechas es similar.
“El costo de contratación varía, según el foro del palenque, la fiesta y el artista mismo. Por ejemplo, los Fernández se tasan de un millón y medio de pesos para arriba, pero si logras acuerdo con el talento, se negocia por un porcentaje de consumo”, explica Vega.
EL POP HACE SU APUESTA
Con el éxito y trascendencia de citas como La Feria del Caballo, en Texcoco; Las Fiestas de Octubre, en Guadalajara, o la Feria de San Marcos, en Aguascalientes, cantantes y grupos de pop y rock han volteado a los palenques para presentarse.
Alejandra Guzmán, Gloria Trevi, Reik, Reyli, Ha-Ash, Yahir, Yuridia y hasta Paulina Rubio han complementado los carteles de las ferias por tarifas de contratación menores a los artistas gruperos, pero con ganancias mayores a los que podrían obtener por conciertos en otros foros.
Por ejemplo, un boleto más barato para ver un show de “La Reina de Corazones” en el Auditorio Nacional costó 300 pesos, pero el año pasado la entrada más barata en Texcoco para verla fue de 700. Vicente y Alejandro Fernández o Joan Sebastian cobran el doble.
“Si la gente los pide y paga por verlos, entonces hay que llevarlos. Muchas veces también es porque en sus giras no contemplan algunas ciudades en donde el palenque representa la opción para verlos”, añade Cornelio Sánchez.
Para poder actuar en este tipo de recintos, los cantantes solicitan gastos de traslado, hospedaje para ellos y su equipo, y un equipo de seguridad, lo que se incluye en el costo de contratación. “La cotización va en mucho con relación a la capacidad del lugar: por ejemplo, en Texcoco hay dos pisos y se manejan dos costos en cada show y caben más de 2 mil personas”, expone Vega Rueda.
El palenque de la Feria de León es de los más grandes, con una capacidad de 3 mil personas y tres pisos, lo que hace variar el precio de las entradas, pero aquí es fácil medir un fracaso.
“Si no metes la mitad, entonces hay pérdidas para el empresario, pero para el artista sólo es una falta moral porque su show está pagado aunque meta una o 2 mil personas”