México, DF
El director de ‘Morgana’ se dijo privilegiado por el galardón.
El cineasta Juan Ramón Obón, quien hoy recibirá la Medalla al Mérito del Director, que entrega la Sociedad Mexicana de Directores-Realizadores de Obras Audiovisuales, señaló que recibir una presea, siempre es motivo de orgullo, pero que sea concedida por sus propios compañeros de gremio, adquiere un valor especial.
En entrevista, el cineasta, quien ha escrito más de 150 filmes mexicanos, dijo sentirse privilegiado sobre todo “en estos momentos en que la industria cinematográfica está tan castigada, pese a los esfuerzos del gobierno a través de los estímulos fiscales”.
Destacó que actualmente los cineastas mexicanos”seguimos enfrentando una brutal acometida del cine norteamericano que cierra prácticamente todos los espacios de exhibición a las películas mexicanas”.
Obón, quien hace unos meses estrenó “Morgana” en esta capital, expresó su deseo porque este reconocimiento que otorga la Sociedad de Directores, “sirva de ejemplo a otras entidades, porque es muy importante reconocer la labor de quienes han hecho y siguen haciendo cine en México”.
Consideró que en la actualidad existe mucho talento mexicano con hambre de hacer cine, desde los actores hasta los técnicos, fotógrafos, guionistas, directores y productores, “y muestra de ellos son los premios que han recibido en diversos festivales internacionales”.
Finalmente, el cineasta señaló que no desistirá en su lucha por seguir haciendo cine, “porque es lo que más me gusta hacer, el cine es algo que se te mete en la piel y ya no sale, así que como el título de una película, nos tocará ‘Morir de pie’”.
Ha sido nominado como mejor escritor en las Diosas de Plata por el guión de “Todo por nada”; Nominado al Ariel por la adaptación de la “Viuda Negra” y por el guión de “La última batalla”.
Juan Ramón Obón León es hijo del escritor y guionista Ramón Obón Arellano (San José, Costa Rica, 1918 / 1965). Nació el 23 de julio de 1943 en San José de Costa Rica, es abogado por la UNAM, especializado en derechos de autor y legislación cinematográfica.
Su intervención con el mundo de la industria cinematográfica comenzó prácticamente a los 15 años, cuando mecanografiaba los libretos escritos por su padre, por Julio Bracho y por Roberto Gavaldón, entre otros grandes del momento.
Tras la muerte de su padre, en 1965, se inició como guionista profesional al lado de Luis Enrique Vergara con “Sinfonía en el más allá” (1966), al que siguieron “Todo por nada” (Dir. Alberto Mariscal, 1968), “Conserje en condominio” (Dir. Miguel M. Delgado, 1973), “Acorralados” (Dir. Alberto B. Crevenna, 1975), “La viuda negra” (Dir. Arturo Ripstein; 1977) y “La Pachanga” (Dir. José Estrada, 1981).