México, Df
A casi un año de haberse presentado en la Arena México, el astro vuelve al coloso de Reforma como parte de su gira ´The hits tour 2013´ con la que sigue festejando sus 30 años de trayectoria
Nostalgia, romanticismo y la calidez del público crearon la atmósfera idónea para el regreso de Luis Miguel al escenario del Auditorio Nacional, donde continúa la celebración por sus 30 años de carrera. ”Gracias público por dejarme hacer lo que más me gusta, que es cantar”.
A casi un año de haberse presentado en la Arena Ciudad de México, el astro vuelve al coloso de Reforma como parte de su gira ‘The hits tour 2013’, con la que sigue el festejo por sus tres décadas de carrera y, por tanto, realizará una serie de 14 presentaciones en este recinto.
Sonriente y, como ya es costumbre, elegantemente vestido con un traje negro, Luis Miguel salió al escenario para seducir a sus fieles seguidores, quienes compartieron con él la velada de principio a fin al corear cada uno de sus éxitos, lo que permitió olvidarse del tráfico y hasta de la reventa, que también trato de hacer lo suyo.
El cantante apareció 15 minutos antes de las 21:00 horas en el escenario con un sobrio atuendo: traje y corbata negra con puntos blancos y ofreció un espectáculo variado con baladas, boleros, mariachi y sus éxitos de los 80.
“Buenas noches, México, ¿cómo están?, yo muy feliz de saludarlos y agradecerles siempre el privilegio de poder estar nuevamente con todos ustedes haciendo lo que más me gusta, que es cantar”.
“Gracias por dejarme cantar y poder hacer lo que más me gusta, que es cantar”, expresó el astro mexicano, quien prometió una noche plagada de romanticismo con el bolero, pero también llena de nostálgica con sus grandes éxitos.
Aunque visualmente la propuesta de Luis Miguel sigue igual, eso no le importa a sus seguidoras que gustosas fueron su coro y se dejaron llevar por el carisma del intérprete, quien por instantes causó revuelo al acercase a las orillas del escenario, donde sus fans se arremolinaban para tocar su mano o recibir un beso.
Así Luis Miguel llevó su concierto como deseó para disfrutar del aplauso, los piropos y la calidez de su público, que lo ovaciono, bailó en su lugar e incluso se dio el lujo de hacer alguna pregunta incómoda, que el cantante prefirió no contestar.
Temas como “Contigo en la distancia”, “La mentira”, “No sé tu”, “Sol, arena y mar”, un popurrí de clásicos y las inolvidables piezas de “Palabra de honor”, “Entrégate” y “La incondicional” estuvieron presentes para refrendar los motivos que han mantenido a Luis Miguel vigente.
En el coloso de Reforma, el intérprete recordó a Frank Sinatra y en la recata final se pudo escuchar el mariachi, que sin duda volcó de emoción y entusiasmo a sus cerca de 10 mil espectadores, muchos pertenecientes a las nuevas generaciones.
Así, “El rey”, “El viajero”, “La bikina”, “Si nos dejan”, “Sabes Una cosa” formaron parte del repertorio con mariachi, que anunciaban la fin de una gran velada, donde los temas que lo dieron a conocer también fueron bien recibidos.
Con este concierto, Luis Miguel consiguió llevarse el corazón de quienes lo acompañaron en la celebración por sus 30 años de trayectoria.
Emoiones desbordadas
La emoción se desbordó cuando Luis Miguel se acercó al público sin bajar del escenario y una niña de unos seis años llegó hasta él en los brazos de un hombre y le entregó un peluche.
El Sol correspondió tomándolo y con una gran sonrisa le dijo “gracias, hermosa”; más tarde un pequeño de cinco años repitió la hazaña.
Después El Sol se acercó al público y extendió su mano a una mujer de vestido negro con pronunciado escote, ella correspondió con su mano y recibió un beso del cantante.
Valió la pena la espera de una seguidora, la primera en intentar entregarle un presente al astro; tras varios minutos de extender una rosa captó la atención del cantante, que la recompensó con un beso.
Con más de 10 músicos, una corista, seis pantallas led y las tres grandes pantallas del Auditorio Nacional, Luis Miguel incluyó en su repertorio temas como “Suave”, “No sé tú”, “Palabra de honor”, “Come fly with me” y “Te necesito”.
En la última parte de la noche apareció un mariachi de 12 elementos tocando “El son de la negra”; en las pantallas se proyectaba la imagen de la bandera mexicana.
Luis Miguel cambió su camisa blanca por una camisa negra ya sin corbata y en vez del saco sumó a su atuendo un chaleco del mismo color para interpretar “El rey” y tras varios temas tradicionales finalizó el segmento con “viva México”.
También interpretó un segmento con fragmentos de éxitos como “Decídete”, “Los muchachos de hoy” e “Isabel”, entre otros.
Tras dos horas de concierto Luis Miguel se despidió con “Labios de miel”.