México, DF
En mayo de este año se cumplirán seis años de que Otro Rollo finalizó transmisiones, pero después de varias negativas por parte de Adal Ramones, el concepto está a semanas de retornar, en una época y con un teleauditorio diferente.
“Los jefes me dijeron ¿cómo ves el año que viene? Les decía que no porque me comprometí a una gira. Al siguiente año me volvían a preguntar; ‘voy a hacer teatro’, decía, y así me logré zafar, la verdad, del compromiso varias veces, pero pronto, en algún momento, regresará”, comentó en entrevista.
El conductor promete cambios en la estructura de la emisión, pues “la gente ha cambiado y la televisión”, pero mantendrá el espíritu atrevido que se le conoció desde su creación, hace 18 años.
“Yo decía ‘güey’ o ‘pin...’ y había gente que pedía me sacaran del aire por eso. Decía ‘espérense tantito’; hoy existe Guerra de chistes y Las lavanderas, aunque sea televisión de paga”, dijo el comunicador
El regiomontano fue multado en varias ocasiones por la Secretaría de Gobernación, pero al interior de la empresa les preocupaba más su sinceridad y señalamientos a otros programas.
“Nunca me multaron por un güey sino porque bailaba alrededor del interventor de Gobernación, o cuando la televisora, que tiene los derechos de Plaza Sésamo, se quejó cuando metimos a Aberlardo en un sketch súper alburero, o por cambiar la letra a ‘Vaselina’ con doble sentido, pero no las pagaba yo, sino la empresa.
“En aquel entonces nos pitorreamos de los Premios TV y Novelas e hice un monólogo donde destrocé las telenovelas; le tiré a Big Brother y al jefe de Gobierno. A mí nunca me tocó que tocaran a la puerta y me dijeran que no podía hablar de alguien, pero sí me advertían cuando decía algo de Big Brother. Se convencieron de que no podían cambiarme o callarme y me dejaron”.
Cuando Otro rollo era un éxito, no existían las redes sociales y Adal adelantó que hará contenidos específicos para Internet.