México, DF
“Dos Pavos en Apuros” (“Free Birds”), hace alusión al Día de Acción de Gracias, festejo meramente estadounidense.
Dos Pavos en Apuros se centra en la historia de Reggie un pavo común y corriente hasta que un día el mismísimo presidente de los Estados Unidos le perdona la vida.
Sin saber realmente de lo que se ha escapado, Reggie pasa los días viendo televisión por cable y comiendo pizza.
Pero un día es secuestrado por Jake, el líder de “El Frente de la libertad de los pavos” quien le revelará un impactante secreto.
Juntos, intentarán escapar de la casa del presidente, pero en su camino se encontrarán con un laboratorio secreto del gobierno en donde se oculta una máquina del tiempo que los llevará de vuelta al año 1621, a pocos días de que se celebre el primer día Acción de Gracias.
Reggie y Jake unirán sus fuerzas en una loca misión para intentar cambiar la historia para siempre y salvar a todos los pavos de convertirse en el platillo principal de la cena más importante del año.
Esta es la idea con la que juegan Jimmy Hayward (director y guionsta) y Scott Mosier (guionista) en esta cinta para niños, donde un hipocondriaco pavo indultado junto con otro libre y fiel a sus creencias de libertad y emancipación viajan a través del tiempo para evitar que su especie se vea afectada por la celebración humana.
Siempre es bien recibido películas de temporada que salgan de los estereotipos o presenten propuestas distintas y esta definitivamente fue la intención de “Dos Pavos en Apuros”; sin embargo, conforme avanza el filme podemos notar que sus creadores fallaron al tratar de llevar una historia de forma congruente, sencilla y divertida que entretenga tanto a niños como adultos.
De hecho, a pesar de la gran originalidad de la película, los chistes y las referencias a la cultura pop van dirigidas a un público maduro, y es que a lo largo de la historia encontramos que los creadores hacen mención a personajes como Cheech y Chong o “Doctor Who”, pero sus chistes no son inclusivos y mucho menos atractivos para la audiencia infantil.
Si bien algunas partes sí pueden resultar graciosas, en general los personajes nunca terminan de simpatizar con la audiencia, pues las voces y la interpretación no ayudan a reforzar una historia que fue pensada innecesariamente de forma rebuscada, pero que terminó siendo demasiado simple.
La animación está bien lograda, aunque es lo que menos se espera de alguien como Hayward, pues él ha trabajado en el departamento de animación para películas como “Toy Story”, “Bichos: Una Aventura en Miniatura” (“A Bug’s Life”) o “Monsters Inc.”. No obstante, se evidencia la poca experiencia que tiene creando y desarrollando una historia que entretenga, sea graciosa y brinde un mensaje.