Detrás de los acordes de "La banda del carro rojo" y otros clásicos que definieron el género, los Hernández admitieron lo que los rumores tejían desde los 90: las diferencias familiares marcaron su historia. "No llegamos a los golpes, pero las palabras a veces pesan más que un contrabando en la troca", confesó Hernán, refiriéndose a los pleitos que nunca trascendieron públicamente… hasta ahora.
- El fantasma de Raúl: La salida del vocalista en 1995 resurgió en redes. Fans aseguran que fue expulsado por desacuerdos creativos, especialmente sobre los narcocorridos.
- Fricciones creativas: "Si no discutes, es que no te importa", defendió Eduardo Hernández, mientras Jorge asentía con la serenidad de quien ha visto decenas de batallas.
- Lealtad inquebrantable: Pese a todo, enfatizaron que nunca hubo disputas por mujeres o dinero: "Ahí sí que no pasó ni un 'ay, se me hizo'", bromeó Óscar Lara.
Lo que comenzó como una charla casual terminó revelando grietas en el mito de la unidad perfecta.
Raúl Hernández, cuyo nombre aún provoca murmullos, optó por el silencio tras su salida, pero su sombra se alargó durante la entrevista.
"En este negocio, las canciones sobreviven más que los rencores", cerró Luis Hernández, mientras afinaba su acordeón como metáfora de reconciliación.
La entrevista completa en Pinky Promise ya supera el millón de reproducciones, demostrando que incluso los jefes de jefes tienen historias que valen más que un corrido.
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