Atlas microbiológico de David Vera

La obra de arte es premio de adquisición en la 14 Bienal de Artes Visuales

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Hermosillo

La obra de arte es premio de adquisición en la 14 Bienal de Artes Visuales.

David Vera es la inquietud en el pensamiento, en la mirada. Su actitud de niño lo lleva a encontrar los objetos que un día fueron materia de estudio en el oficio de su padre. A la postre estos objetos, consecuencia de la mirada de David, se convierten en una obra de arte que es premio de adquisición en la 14 Bienal de Artes Visuales del Noroeste, la cual se expone en el Museo de Arte de Sonora (Musas).

Aquí una conversación con David Vera:
--Cuéntanos el origen, el resorte que te da ese impulso para la creación de esta obra.
--El año pasado regresé a Nogales, después de estar viviendo desde hace más de seis años en Hermosillo. Este regreso fue muy importante porque volví a lugares en los que viví de niño, sobre todo el laboratorio de mi papá en el que yo de pequeño, mis horas libres la pasaba allí mientras él laboraba.
Regresé a este espacio y me encontré con material que me llama la atención y la motivación fue cuando empiezo a encontrar archivos, laminillas de exámenes que tienen colores abstractos y que me llamaron la atención para digitalizarlos. Empecé a escanearlos y finalmente, a dos meses de estar trabajando en el archivo, comencé la composición de un atlas microbiológico que es la solución final de Positivos.

--¿Cuál es el objetivo que te trazas antes de iniciar esta aventura?
--Cuando ya tenía todo el material le pregunté a mi papá que si por qué tenía todo esto cuyo registro es desde el año 1995, y del 89, del 90, por qué estaba aún archivado, mi papá me contestó que ese material es de análisis que fueron positivos en su examen; eso fue el boom que marcó todo el trabajo. No era la primera intención del proyecto, eso era algo que simplemente me llamaba la atención visualmente, estéticamente, por los colores que tiene cada laminilla del examen, pero al final armo la pieza porque tenía como marco una referencia muy grande: estos colores son resultados de gente que dio positivo a exámenes diferentes, entre ellos: gonorrea, sífilis, tifoidea, lupus. Y no sólo son de sangre, también son exámenes de orina o de excremento, también de flemas, entonces son diferentes procesos de exámenes clínicos que al final dieron esta composición. Lo que remarcaba, yo creo, era resonar la enfermedad, una cuestión de problemas de salud y generarlo de una manera muy pintoresca por lo de las formas de las laminillas.
Esto lo llevo a un plano social, de lo micro, porque son residuos de microbiología, a un contexto más amplio. Para mí es un reflejo de que estamos infectados microbiológicamente por los residuos estos, pero socialmente en un contexto macro también vivimos muchos problemas de una enfermedad que nos tiene en muchas circunstancias difíciles socialmente.

--Es un trabajo de investigación ¿cuál es tu lectura al respecto, de qué manera te afecta, te sientes de pronto un vouyerista o en un acto de intromisión?
--Hay un  acto de intromisión, de vouyerista, sí, porque ahí se repite también mi trabajo, porque me encanta encontrar archivos y buscarle otro contexto, resignificar  y revalorizar lo que estoy viendo. En este proyecto era bien cañón y fue una motivación muy grande que de todos los archivos que estuve revisando había algunos que venían con leyendas en papeles, de los mismos reactivos y uno de ellos que me llamó mucho la atención era: LEUCEMIA, en letras grandes y rojas, eso ya a mí, como lectura, me remitía a algo fuerte. Eran cuatro laminillas diferentes que dieron positivo a este examen de leucemia y sí me golpeó porque pensé en la persona, en el enfermo, pero igual ya en entrevista con mi papá sobre su gusto por la ciencia, en la química, tenía también ese apego hacia estos problemas por su cercanía con el enfermo. Ese es un lado que yo como vouyerista me lo apropio, pero también reflejo una manía de mi papá quien era el que coleccionaba estas laminillas de gente enferma y eso lo aclaro muy bien en la pieza, en el statement hablo de que la intención era también descubrir su lado vouyerista, un lado en el que él es pieza principal porque era un gusto el tener este material guardado y coleccionar estas cosas, las que para mí a primera vista son colores abstractos.

--¿Qué te deja el hecho de ser elegido en esta Bienal?
--Cuando resolví la pieza y la mandé a Sinaloa a la primera selección yo sentía que tenía mucha fuerza y concluía que si no quedaba seleccionada en la Bienal la pieza debía salir a la luz. El que primero se haya hecho una selección y estuviera yo dentro, me motivó mucho más y concluí que ya con estar dentro de la Bienal, pertenecer a este ciclo.

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