México, DF
Philomena es la adaptación del libro de Martin Sixsmith (intepretado por Steve Coogan) que cuenta la historia de Philomena Lee (Judi Dench), una mujer irlandesa que se quedó embarazada, su familia la echó de casa y acabó en un convento donde tuvo que trabajar (siete días por semana en los trabajos más duros) durante cuatro años para obtener el privilegio de poder ver a su hijo una hora al día, y cuyo hijo fue adoptado.
Ahora (2002) que su hijo cumpliría cincuenta años le cuenta la historia a su hija, quien se la cuenta a Martin (a quien han ‘resignado’ de su puesto de spin doctor, después de muchos años como corresponsal de la BBC y periodista político). Al principio él tacha la historia de puro “interés personal”, por debajo de sus habilidades e intereses (está empeñado en escribir un libro sobre historia rusa que parece no interesarle a nadie), pero al final decide hacerlo.
Aunque no he leído el libro, Steve Coogan, que también ha escrito el guion, ha hecho un gran trabajo, por un lado contando el desarrollo interior de los dos personajes, y por otro haciendo que su interacción y la relación entre ambos se convierta en el corazón de la historia.
El fondo histórico de la novela (una historia real) ha sido contado en otras ocasiones (Las hermanas de la Magdalena, En el nombre de Dios). Es difícil creer que cualquier credo religioso pudiera usarse para encarcelar a mujeres y separarlas de sus hijos, por pecados cometidos. Y cuando nos enteramos de que encima cobraban por las adopciones, es aún peor.
El personaje de Sor Hildegard en la película representa la personificación de lo peor de la religión, y el hecho de que Philomena sea amable y comprensiva con ella la transforma en un personaje aún más ejemplar y generosa de espíritu.
En lo que Philomena se diferencia de otras películas con temas similares es en como enfoca al personaje principal. La película nos muestra las dudas y ambivalencia de esta mujer, que sigue siendo muy religiosa, devota de la fe Católica, y que continuamente subvierte las expectativas de Martin, que la ve como una mujer mayor de poco entendimiento y sutileza.
Al final él llega a apreciar su resistencia, su generosidad y su actitud abierta y comprensiva. Y como en las mejores relaciones, los dos cambian y crecen como personas al conocerse.
¿Es una película triste?, la historia es triste, la realidad histórica reflejada por la película es terrible e indignante (y es hora de que se haga algo oficial para ayudar a esas madres a encontrar a sus hijos), pero el balance entre momentos tristes y divertidos, la maravillosa interacción entre los personajes, y la personalidad y actitud de Philomena la convierten en inspiradora y optimista.
Por supuesto Stephen Frears es un gran director y presenta la historia sin exageraciones estilísticas innecesarias ni otras distracciones.