La república de Sonora, la novela gráfica de Carlos Mal
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El Diario de SonoraNogales.
Conocí a Carlos Mal cuando estudiábamos la Licenciatura en Literaturas Hispánicas en la Unison, allá por 1997. No voy a decir que fuimos los mejores amigos, porque en aquel entonces, debo confesar, no entendía del todo su humor y su interpretación del arte (en general) y de la literatura (en particular), pero coincidíamos en ser los únicos de esa generación que nos entregábamos seriamente a la lectura de cómics y también coincidíamos en el gusto por el dibujo y la ilustración, aunque claro, mis limitaciones como ilustrador eran (y siguen siendo) muy obvias comparadas con las capacidades de Carlos, y es por eso que cuando decidimos trabajar juntos en una historieta basada en un personaje de mi creación, yo haría el guión y él las ilustraciones: algo así como “Las aventuras de Coño Boy, por Di Sí Cómix”. Al final todo quedó en bosquejos y borradores. Yo quería una historieta muy “seria” (hoy creo que más bien era algo pretencioso) y Carlos buscaba crear algo irreverente.
Carlos Mal es un artista en diferentes disciplinas: hace literatura (poesía y narrativa), pinta, ilustra, y hace unas semanas presentó lo que es su más ambicioso proyecto, uno que le llevó años concretar desde su estancia en París y su regreso a Hermosillo.
‘La República de Sonora’ es una novela gráfica con elementos fácilmente identificables de la novela histórica y el arte steampunk, aunque Carlos asegura que aun cuando el argumento se basa en hechos históricos y existen claras referencias al steampunk, lo ve más bien como un híbrido que no se inclina a ninguna de las dos.
EL ARGUMENTO
Tras la decadencia de la monarquía en Francia el conde Charles René Gaston Gustave de Raousset-Boulbon, llega a Estados Unidos intentando hacer una fortuna en este continente y fracasa en la búsqueda de oro. El gobierno mexicano le concede los derechos de una mina en Sonora, pero ante varias diferencias y conflictos con estos y los militares, opta por la conquista atacando varias poblaciones argumentando buscar la independencia de Sonora.
Esto es lo que nos dice la historia oficial del Conde Charles René Gastón, el personaje principal de esta novela gráfica y el pretexto para contar esta historia, la historia desde el punto de vista de Carlos Mal.
Cuando Carlos me comentó que estaba por terminar ‘La República de Sonora’ le pedí que nos tomáramos un café y que charláramos sobre su novela. Les comparto algo de esa charla llena de humo de cigarrillo y de muchas tazas de café, charla que se concretó en Hermosillo.
NO ES HISTORIA
“Yo quería hacer Historia, pero que perdiera ese halo de respeto y oficialidad poniéndole cosas que le quitaran la seriedad y lo escueto, porque yo he leído comics históricos, muchos, algunos buenos, otros malos, pero la mayoría me parecen como una traduccion inmediata de la Historia al cómic y no es realmmente lo que quería, lo que quería es una traducción viciada de Historia al cómic... una ucronia histórica, fantástica y llena de mentiras”
DESDE EL PRINCIPIO
“De hecho no pensé mucho el concepto porque ya existía mi cómic de Juan Escutia, donde me gustó que yo podía crear las reglas de ese universo... donde si uno de los generales gringos tenía un brazo de robot, de metal, yo no tenía que explicar por qué tenía un brazo de robot. El lector, me parece, podía asumir que en ese universo ocurrían cosas inexplicables o sin mucha necesidad de explicación, pues era un universo diferente a nuestro universo aburrido.
MÁS ALLÁ DE LA NOVELA HISTÓRICA
“Va mucho más allá... o mucho menos... porque la novela histórica suele ser exahustiva y muy realista, bueno, me refiero a la novela histórica tradicional, no a la nueva novela histórica; estoy hablando de Benito Pérez Galdós, incluso de ‘Los Miserables’ un poco... y ‘La República de Sonora’ quiere ser como esta corriente de narrativa y comics que es steampunk, sin llegar a serlo... hay elementos, hay robots de vapor, hay una cierta decoración francesa del siglo XIX, pero no mucho, porque no quería para nada hacer un cómic steampunk, en primer lugar porque no conozco bien la estética y en segundo porque siempre fracasan... no hay una sola película steampunk que la gente respete, empezando con ‘Wild Wild West’, con ‘Los Tres Mosqueteros’, una que salió el 2011, más o menos, y que nadie vio, no funcionó”.
Carlos me comentó que no tiene un lector ideal y que tampoco es un cómic de corte intelectual o una lectura compleja, pero que de ninguna manera busca hacer una novela gráfica didáctica:
“También me interesa no hacer un cómic didáctico, me gusta que la gente que escucha sobre mi proyecto piense: ‘ah, los niños van a aprender de la historia de Sonora con este cómic’, y no, este comic va a estar lleno de mentiras y de cosas muy inexactas, y además de tecnología y magia... me gusta la idea de ser destructivo y no constructivo con el comic”.
INVESTIGACIÓN
Yo comencé a escribir el cómic en Francia, en París... estaba solo, no tenía realmente ni los recursos ni la experiencia en París para acercarme a historiadores o a una sociedad de Historia, entonces yo mismo, buscando en internet, libros, bibliotecas... la investigación la hice yo solo... pero sabía ya un poco de historia, de historiografía en general, de historia de Sonora, de historia de Francia... y yo sabía cuáles podían ser las espectativas de los historiadores para con el cómic, pero también me importa y me importaba muy poco, muy poquito, lo que pensaran los historiadores, pero sí me importa un poquito la reacción negativa de los historiadores; me emociona que se vayan a enojar con mi cómic; no es el propósito principal, pero sí me emociona que se vayan a enojar, no solo los historiadores, sino también la gente que cree que estoy haciendo un cómic didáctico sobre la historia de Sonora. Quiero que se desilusionen.
EL CONDE Y YO... DE HISTORIETA A NOVELA GRÁFICA
Empecé a encontrar paralelos entre la historia del conde y mi historia y mis características personales, como si hubiera encontrado una especie de alma gemela muerta, porque el conde era poeta, como yo, dibujaba, como yo; él viajó a Hermosillo como yo viajé a Francia, a París... era como si fuéramos iguales en direcciones opuestas; él fue a fracasar a México, yo fui a fracasar a Francia y me pareció demasiado simpático el conde como para nada más darle 60 páginas.
Hoy por fin Carlos Mal ha terminado la novela y está buscando alguna editorial interesada y viendo opciones para sacarla a la luz. De cualquier manera, esta novela llegará pronto a las calles y si te la topas por ahí, te recomendarnos adquirirla.
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