Los Monólogos de la Vagina cambian mentes y corazones
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El Diario de SonoraHace 25 años inició el movimiento activista mundial contra la violencia a las mujeres, mejor conocido como Día-V, impulsado por la dramaturga, feminista y activista social estadunidense Eve Ensler, autora de la obra teatral Los monólogos de la vagina. A tal día se le llamó así por San Valentín, el 14 de febrero, su día oficial, y por las palabras “vagina” y “victoria”.
Y aunque se pensaría que el texto dejó de ser vigente para exponer casos cotidianos de violencia de género, lo único que ha cambiado en esta problemática son las cifras.
De acuerdo a información proporcionada por la productora teatral mexicana Mejor Teatro, según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, cada día son asesinadas en México un promedio de 11 mujeres, es decir, una cifra de más de cuatro mil muertes al año, cuyo 24 por ciento de los casos son investigados como feminicidios.
Con tales datos actualizados, la obra viene muy al caso, luego de 23 años de su estreno en México.
Es por ello que este 14 de febrero, Los monólogos de la vagina reanudará una breve temporada en el Nuevo Teatro Libanés, protagonizada por Andrea Legarreta, Dalilah Polanco y Janett Arceo, quienes fueron parte del elenco itinerante que pasó por alguna de las siete mil 900 funciones que la obra otorgó en nuestro país desde su debut.
Los ingresos de la taquilla de esta primera función serán donados a la fundación Un billón de pie, que conmemora su décimo aniversario, y que los destinará a sus programas de apoyo a las mujeres y niñas, quienes han sido víctimas de violencia de género.
Pero eso no es todo. Las tres primeras protagonistas forman parte de las 11 intérpretes que conformarán el reparto actual y alternante de Los monólogos de la vagina, con funciones en febrero y marzo. Se trata de Patricia Reyes Spíndola, Michelle Rodríguez, Gloria Aura, Pilar Boliver, Irasema Terrazas, Diana Lein, Marta Guzmán y Susana Moscatel.
Pionera en México
La conductora y actriz Andrea Legarreta fue una de las mujeres que levantaron el telón de este proyecto teatral en México y así relató su experiencia.
“Hace unos días, cuando estaba tomando la decisión, que recuerdo que fue justo en el año 2000 cuando me habló el productor Morris Gilbert y me dijo ‘¿estás sentada?’. Le dije que sí y me dijo ‘ahí te va el título de una obra que te voy a proponer’. ¡Cómo han cambiado los tiempos, pues 23 años después, la gente habla de todo con una libertad deliciosa! En aquel entonces, yo estaba recién casada. Me dijo ‘se llama Los monólogos de la vagina’. Silencio y yo ‘¿qué?’.
“Luego me dijo ‘no sabes qué delicia de texto’ y me habló de lo enamorado que estaba de este proyecto. La leímos, me emocionó muchísimo y recuerdo esa primera función que hicimos en la Sala Chopin, con la señora Lilia Aragón, en paz descanse, y la señora Sofía Álvarez, que fue la función de estreno. Para mí fue muy emocionante.
“De ese día a la fecha, todos hemos cambiados y algunos ni habían nacido, pero la realidad es que a mí me tocó en muchas formas. Hace 23 años estaba recién casada, sin hijas y con mucha irreverencia, la disfrutaba de otra manera. Se me quedó marcado cuando al salir de cada función, me topaba con una mujer o un hombre, para quienes era incómodo acompañar a sus mujeres, que me decían algo valioso, de qué manera los había marcado o se habían reído o llorado; cuánto se habían identificado. Ellos quizá no lo sabían, pero a todas nosotras nos marcó de muchas formas.
“Ahora que pasaron los años, me vuelvo a encontrar con el texto y en el ensayo con Jaime Matarredona, el director, le dije ‘es increíble que la estoy leyendo, que parece que nunca la he dejado de hacer, pero mi forma y mi sentir es distinto’. Ahora que tengo dos niñas, dos jovencitas, una de casi 18 (Mía) y una de 16 (Nina), hay ciertos monólogos, uno en especial, el de una mujer de Bosnia, por ejemplo, que me sacudió, me estremeció y sentí miedo por ellas. Al final, aunque estas historias tengan tantos años, son vigentes y esa es la tristeza.
“Agradezco poder estar aquí y ser la voz de muchas mujeres que nos necesitan, que necesitan ser escuchadas, y para poder, por qué no, cambiar mentes y corazones. Si eso es posible, tomamos la mejor decisión de estar aquí”, expresó Legarreta.
La actriz de 69 años de edad, Patricia Reyes Spíndola agradeció haber sido invitada a esta segunda vuelta de la obra, de la que, reiteró, “está vigente”.
“Las vaginas y las emociones son las mismas. Los ataques que pueda sentir una mujer, siguen siendo los mismos, siguen matando gente. Han pasado muchos años y las consciencias de cada una han cambiado. Además, después de tantos años, entiendo el último monólogo que me toca hacer a mí, que es el de una abuela. Agradezco a la vida estar aquí y vamos por muchas más funciones”, concluyó.
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