El lanzamiento de Short 'n Sweet, el sexto álbum de estudio de Sabrina Carpenter, no solo ha sido un éxito musical, sino que también ha desencadenado una ola de controversia con el video de su nuevo sencillo "Taste". El clip, dirigido por el reconocido Dave Meyers (Taylor Swift, Billie Eilish), ha generado una fuerte reacción en las redes sociales por su descarado contenido, y lo que más ha dado de qué hablar es la participación de Jenna Ortega, la estrella del momento.
La trama, que recuerda a una mezcla de Death Becomes Her, Kill Bill y Ginger Snaps, gira en torno a la disputa de dos mujeres (Sabrina y Jenna) por el amor de un hombre. La violencia estilizada, con cuchillos, muñecas vudú e incluso una motosierra, es el pan de cada día en este video. Sin embargo, la controversia no termina ahí. Después de una serie de enfrentamientos sangrientos, Sabrina y Jenna, en un giro inesperado, acaban con la vida del hombre en cuestión, solo
para descubrir que no era el único objeto de su deseo. El final, con un beso entre las dos protagonistas, ha causado revuelo, y las especulaciones sobre un romance lésbico entre ellas han inundado las redes sociales.
La polémica sobre el contenido del video ha divido a la opinión pública. Algunos consideran que la violencia es excesiva y que el romance lésbico es solo una estrategia para llamar la atención, mientras que otros aplauden la audacia de Sabrina Carpenter por romper con los clichés del pop y ofrecer una visión fresca y controversial del amor y la rivalidad femenina.
Lo que está claro es que Sabrina Carpenter ha logrado captar la atención del público con un video que, más allá de su estética, ha desatado una conversación sobre temas como la violencia, el género y la sexualidad, y ha consolidado su imagen como una artista que no teme experimentar y desafiar las normas establecidas.