Su participación en La Casa de los Famosos, ese reality show que promete la fama y la fortuna, se ha convertido en un torbellino. Mientras lucha por ganar la competencia dentro de la casa, afuera las cosas se le están complicando.
El problema no es el juego en sí, sino la controversia que lo envuelve. ¿Recuerdan cuando su Instagram, antaño una fortaleza de millones de seguidores, desapareció de la faz de internet? La caída de Peralta, según los rumores, comenzó con un desencuentro con Arath de la Torre.
Algunos acusan a Peralta de etiquetar al conductor como homofóbico, sin que este haya hecho un comentario despectivo en su contra. La furia de la gente en las redes se desató, y la pérdida de seguidores fue descomunal. ¿Fue solo una mancha en su imagen o el inicio del fin?
La cuenta de Peralta regresó después de un par de semanas. La ausencia y el silencio parecieron ser la estrategia para que las aguas volvieran a su cauce. Sin embargo, el
público no ha olvidado. La desconfianza se ha apoderado de los seguidores, y el número de usuarios que lo siguen se desploma día tras día.
La pérdida de seguidores no solo es un golpe al ego, sino un golpe económico para Peralta. Su influencia disminuye, y con ella, las marcas que lo buscaban para campañas publicitarias. La pregunta que ronda el ambiente es: ¿esta caída es producto del karma, una consecuencia de sus acciones, o una estrategia de marketing para mantener la atención del público?
Lo que sí es cierto, es que Ricardo Peralta está en un momento crucial. El tiempo dirá si puede superar esta crisis y recuperar su reinado en el mundo digital, o si su imperio se derrumba por completo.