Traición, ambición desmedida y un plan maquiavélico son solo algunos ingredientes que condimentan esta historia, en la que Amparo Garrido, compañera de profesión y, al parecer, amiga de Pinal, se convirtió en la villana principal.
“Cuando inició la pandemia, por su estado de salud, Silvia se despegó un poco de sus funciones. Confió en la ‘lealtad’ de Amparo y le encomendó estar al pendiente de la asociación”, nos reveló una fuente cercana a la asociación, quien prefirió mantener su nombre en el anonimato.
La confianza que Pinal depositó en Garrido se convirtió en su peor pesadilla. En un acto de audacia y deslealtad, Garrido aprovechó la ausencia de Pinal para nombrar a
Guillermo Lozano como administrador. Lozano, amigo del hijo de Garrido, Ismael Larumbe, se convirtió en la pieza clave del plan de Garrido para apoderarse de la asociación.
“El año pasado, abusando de sus funciones y sin notificar a Pinal, Garrido nombró a Guillermo Lozano como administrador. Un amigo del hijo de Amparo (Ismael Larumbe) y ella iniciaron un plan maquiavélico para apoderarse de todo”, agregó nuestra fuente.
Para completar el golpe, se descubrió que
objetos de valor de la asociación, como obras de arte y muebles, habían sido sustraídos, lo que confirmaba la intención de Garrido y Lozano de despojar a Pinal de todo.
Ante esta situación, Pinal, junto con sus dos hijas, Alejandra Guzmán y Sylvia Pasquel, decidieron tomar cartas en el asunto. En agosto del 2024, fundaron la fundación "Silvia Pinal" y iniciaron un litigio contra Garrido y Lozano, buscando recuperar lo que les fue arrebatado y que se haga justicia por la traición que sufrieron.
“Desde que mi madre empezó a tener problemas de salud, se aprovecharon de muchas cosas. Hicieron mal uso de su nombre y del dinero que está ahí. Por eso mismo, Sylvia (Pasquel), mi madre y yo nos juntamos para hacer la fundación con su nombre”, confirmó Alejandra Guzmán, evidenciando el dolor y la indignación que siente la familia por el actuar de Garrido y Lozano.
La sucedido a Pinal nos muestra que la confianza, incluso en los entornos más cercanos, puede ser traicionada por la
ambición y la avaricia. El caso no solo ha generado polémica en el mundo del espectáculo, sino que ha puesto en la mira el tema de la transparencia y la rendición de cuentas en las asociaciones civiles, dejando un sabor amargo de desilusión.
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