Björn Borg revela su batalla contra el cáncer y anuncia remisión

Pero hoy, tras meses de batalla, hay un rayo de luz.

En una entrevista exclusiva con The Associated Press desde su casa en Estocolmo, el exnúmero uno del mundo confirmó lo que muchos anhelaban escuchar: está en remisión. "No tengo nada ahora mismo", dijo con esa calma característica que lo acompañó en las canchas. Sin embargo, la sombra del monitoreo constante sigue ahí: revisiones cada seis meses, un recordatorio de que la lucha no termina.

Detrás de esa voz serena se esconde el mismo Borg que sorprendió al mundo retirándose a los 26 años en la cúspide de su carrera. El hombre que acumuló 11 títulos de Grand Slam –incluyendo cinco Wimbledon consecutivos– ahora enfrenta un rival distinto. "No es algo divertido", admitió sobre los tratamientos, pero rápidamente aclaró: "Estoy bien. Me siento muy bien".

El libro, que se publicará en septiembre en Reino Unido y Estados Unidos, promete ser un viaje sin filtros. Escrito junto a su esposa Patricia durante más de dos años, abordará temas que el tenista siempre mantuvo en privado:

• Su retiro prematuro que dejó perplejo al mundo del tenis
• Sus batallas personales con las drogas
• Las complejas relaciones con su familia

Pero fue en septiembre de 2023 cuando la vida le lanzó una pelota fuera de alcance. Un resultado preocupante en sus análisis llegó justo antes de viajar a Vancouver como capitán del Equipo Europa en la Copa Laver. "Los médicos dijeron que no debería ir", recordó. "Por supuesto que fui. No escuché".

Esa terquedad que lo hizo grande en las canchas lo llevó a postergar lo inevitable hasta febrero de 2024, cuando finalmente se sometió a cirugía. Esos meses de espera fueron, en sus propias palabras, "psicológicamente muy difíciles". Pero como en sus mejores días en el césped de Wimbledon, Borg supo esperar el momento preciso para devolver el golpe.

Sus últimas pruebas en agosto arrojaron resultados limpios, pero el tenista sabe que este partido es distinto. "Ahora tengo un nuevo oponente en el cáncer, uno que no puedo controlar", escribió. Sin embargo, su espíritu competitivo sigue intacto: "Lucho como si cada día fuera una final de Wimbledon. Y esas suelen ir bastante bien, ¿no?".

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