Su carisma y su habilidad para vender empanadas lo convirtieron en una figura icónica en México, pero detrás de esa imagen se esconde una realidad mucho más oscura.
En una reciente entrevista, Paco rompió el silencio y reveló los secretos que ocultaba su pasado. Su infancia y adolescencia no fueron un camino de rosas, sino un infierno en el que su padrastro, Alejandro, lo obligó a trabajar desde muy pequeño. A los 14 años, Paco ya era un experto en elaborar y vender empanadas, y su padrastro lo manipulaba para que creyera que su trabajo era para ayudar a su familia, especialmente a su mamá, quien estaba enferma.
"Me metieron en el chip de que tenía que vender, apoyar a la familia, jalar parejo", confesó Paco, revelando cómo su padrastro le inculcó una idea errónea de la vida.
El joven tuvo que dejar atrás sus sueños y dedicar su tiempo a la venta de empanadas. Incluso cuando Arturo Elías Ayub le propuso hacer negocios, su padrastro y su madre le impidieron aceptar la oportunidad. Alejandro, según Paco, le dijo a Elías Ayub que no necesitaba su "caridad".
La verdad es que Alejandro y la madre de Paco se beneficiaban del éxito de su hijo. Con las ganancias de las empanadas, vivían cómodamente mientras que Paco recibía lo mínimo para sobrevivir.
"Fue una etapa muy buena", comentó Paco, refiriéndose a la época en la que vendía 300 empanadas al día y generaba 100,000 pesos mensuales.
La historia de Paco es un ejemplo de cómo el éxito puede esconder una realidad cruel. Su pasado no solo lo marcó, sino que también lo obligó a desarrollar una actitud agresiva para presionar a la gente a que le comprara empanadas. "Si no compras empanadas, le estás diciendo a tu familia directamente que no la amas lo suficiente", decía Paco, con una frase que le valió fuertes críticas en redes sociales.
La falta de apoyo de su madre también le causó un gran dolor. Paco confesó que lo más doloroso de su pasado es la falta de comprensión de su madre, quien nunca hizo nada por protegerlo.
Aunque Paco logró liberarse de la influencia de su padrastro, todavía tiene mucho que sanar. Su experiencia lo ha llevado a convertirse en un padrastro dedicado y a luchar contra el abuso infantil.
La historia de Paco es un testimonio de la importancia de la protección infantil y de la necesidad de luchar contra el maltrato.