La energía del público fue palpable, recordando al "Rey de Corazones" y su legado en la música regional mexicana.
Un talento que brilló desde joven
Ariel Camacho Barraza, nacido en 1992 en Guamúchil, Sinaloa, fue una de las figuras más brillantes del regional mexicano. Su pasión por la música se manifestó desde temprana edad, participando en un grupo de la iglesia donde conoció a César Sánchez, "El Tigre", quien se convertiría en la segunda voz de su agrupación. Junto a Omar Burgos, en 2013 fundaron "Ariel Camacho y Los Plebes del Rancho", un proyecto que rápidamente conquistó al público. La voz característica de Ariel y su carisma hicieron que el grupo se destacara en la escena musical.
El "Rey de Corazones" y su impacto
Su primer gran éxito, "Rey de Corazones", se mantuvo en las listas de popularidad por más de seis semanas, convirtiéndolo en un ídolo para una generación. Su música, cargada de sentimiento y autenticidad, resonó especialmente entre la comunidad chicana. Ariel logró en poco tiempo lo que muchos artistas anhelan: conquistar a un público ávido de emociones y conectar con sus raíces.
Una inspiración para nuevas generaciones
Artistas como Natanael Cano, el rey de los Corridos Tumbados, han reconocido la influencia de Ariel Camacho en su música. En una entrevista, Natanael dijo: "Ariel fue todo para mí, fue lo más grande, inspiración, ídolo que yo tengo hasta el momento y he tenido y voy a tener. Ese wey me marcó como: -Tu cabrón vas a ser esto y lo vas a ser a tu estilo, porque no puedes copiar a Ariel Camacho a tu mayor ídolo. La persona que te hizo cantar algo. No puedes hacer lo mismo que él por respeto-."
Ángel del Villar, otro reconocido empresario musical, también destacó la importancia de Ariel: "Yo digo que Ariel Camacho fue el papá de todos los niños que están funcionando ahorita. Tu pregúntale a todos… Ariel Camacho dejó una huella muy grande en este género. Fue un talento muy original."
Un legado que perdura
El 25 de febrero de 2015, la vida de Ariel se apagó en un trágico accidente a los 22 años. Su muerte dejó un vacío en el mundo del regional mexicano, pero su música sigue viva. En cada concierto de Los Plebes del Rancho, el público recuerda a Ariel con fervor, demostrando que su legado se mantiene intacto.