A sus 31 años, el cantante británico perdió la vida en un trágico accidente en Buenos Aires, Argentina.
Aunque el mundo del espectáculo se encuentra en shock, la noticia del fallecimiento de Payne ha desatado también especulaciones sobre el futuro de su fortuna, estimada en USD 70 millones.
Payne, quien construyó su éxito como parte de One Direction y luego como solista, dejó un legado que ahora recaerá en su único hijo, Bear Gray Payne, fruto de su relación con la cantante Cheryl Cole.
En una entrevista para el podcast Impaulsive con Logan Paul, Payne había expresado su deseo de que todo su patrimonio pasara a manos de su hijo, quien nació en 2017.
"Mi vida ahora es suya, mi dinero es suyo", mencionó el artista, dejando claro que tenía un plan para asegurar el futuro de su hijo.
Payne incluso había creado varias empresas que podrían ser gestionadas por Bear cuando alcanzara la mayoría de edad, permitiéndole decidir si quería continuar con el legado empresarial o venderlo.
Aunque aún no se ha confirmado quién administrará los bienes del cantante hasta que Bear sea adulto, algunas especulaciones apuntan a Karen Payne, la madre de Liam, como posible administradora temporal.
Dentro de la vasta fortuna de Liam Payne, sus propiedades inmobiliarias ocupan un lugar destacado.
* Mansión en Malibú: En 2015, Payne adquirió una espectacular residencia en las colinas de Malibú por USD 10 millones, la cual vendió en 2021 a la cantante Halsey por USD 10,6 millones.
* Mansión en Surrey: Payne también era propietario de una lujosa mansión estilo georgiano en Surrey, Inglaterra, valorada en USD 8,5 millones, la cual vendió tras su separación de Cheryl Cole.
A pesar de su joven edad, Bear Gray Payne se convierte en el heredero de una fortuna construida a través del talento y la dedicación de su padre, un legado que promete un futuro próspero.