El medio TMZ, conocido por sus publicaciones sensacionalistas, publicó imágenes del cuerpo de Liam Payne horas después de su muerte, lo que provocó la indignación de sus fans. Las fotos, que mostraban detalles como los tatuajes del cantante, generaron una ola de críticas por la falta de respeto hacia el fallecido y su familia.
Las "Directioners" iniciaron un movimiento en redes sociales, utilizando las frases "Cuerpo de Liam Payne" y "Liam's Payne Body", para pedir la eliminación de las imágenes del cadáver del cantante. Su objetivo era evitar la difusión de fotos que vulneraban la privacidad de Liam y la sensibilidad de sus seguidores.
La presión ejercida por los fans, que calificaron a TMZ como "un cáncer", obligó al medio a eliminar las imágenes de su sitio web. Este hecho demuestra el poder de las redes sociales para influir en el comportamiento de los medios de comunicación y en la percepción pública de la información.
El caso de Liam Payne, además de generar dolor y tristeza entre sus fans, ha planteado un debate sobre la ética en el periodismo y la importancia de respetar la privacidad de las personas, incluso en situaciones tan difíciles como la muerte.