Soy workaholic, lo sé, lo reconozco y los acepto", admite la actriz, mientras se acomoda en las butacas del Teatro Hidalgo, vestida con bata y pantuflas, en una pausa entre los ensayos.
Durante tres meses, Andere ha dedicado la mayor parte de su tiempo a prepararse para el estreno, el próximo 4 de noviembre. "No socializo prácticamente nada, me pongo a estudiar mis canciones y mis textos, si algo me falla me frustro y vuelo una y otra vez, le dedico todo mi tiempo", confiesa.
Este compromiso total ha significado sacrificios, como la ausencia de su familia y amigos. Sin embargo, cuenta con el apoyo incondicional de sus hijos, Natalia y Sebastián, y su esposo, Enrique Rivero Lake.
"Yo no he tenido hasta hoy un reclamo de mis hijos de por qué no estuviste", asegura la actriz, destacando que siempre ha estado presente en momentos importantes, como los cumpleaños o festivales escolares.
Chantal Andere, heredera del talento de sus padres, el director y dramaturgo José María Fernández Usain y la actriz Jacqueline Andere, ha aprendido la importancia de la disciplina, el rigor y el estudio. "De nada servía tener talento y un físico agradable, si no había disciplina, rigor, pasión y estudio", recuerda el consejo de su padre.
"La tiendita de los horrores" es un sueño hecho realidad para Andere, quien se enamoró de la obra durante su viaje a Broadway en 2003. Ahora, interpreta a Audrey, un personaje que la ha cautivado por su "gran sufrimiento".
"Es una mujer con un gran sufrimiento y eso me gusta mucho, porque la gente verá otra cosa de mí. Yo tengo muy marcado el sello de la villana, lo sé, pero esto me permite mostrar actoralmente lo que en tv no se me ha permitido", explica.
Para Chantal, la obra representa una oportunidad de mostrar su versatilidad como actriz, y lo más importante, de compartir su talento con sus hijos, quienes podrán verla en acción en el escenario.