La vida de Reggie no ha sido fácil. La ex dueña de una tienda de pescado y papas fritas ha enfrentado desafíos importantes, incluyendo la pérdida de la visión debido a la retinitis pigmentosa y el síndrome de Usher, una enfermedad genética que afecta tanto la audición como la vista.
"Estoy luchando para encontrar un lugar permanente para vivir, pero espero que pronto encontremos algo", compartió Reggie con sus seguidores en Instagram, mientras se grababa en el gimnasio.
A pesar de su lucha, Reggie se mantiene optimista. La campeona de Big Brother, que ganó $250,000 en premios durante las temporadas de 2003 y 2022, ha utilizado parte de su fortuna para cubrir sus gastos médicos y el alquiler. Sin embargo, encontrar una vivienda estable para ella y sus hijos sigue siendo una prioridad.
En un momento en que la búsqueda de un hogar puede resultar abrumadora, es admirable ver cómo Reggie enfrenta esta situación con valentía y esperanza. Su historia nos recuerda que incluso las estrellas de reality no están exentas de los retos de la vida, y que la búsqueda de un hogar seguro es un deseo universal.