Un reporte de la época, que hoy nos suena casi como una cápsula del tiempo, documentó el auge de las porciones descomunales y la compra al por mayor en el supermercado. El reportaje, que se enfocaba en el impacto de este nuevo modelo de consumo, mostraba a familias comprando cantidades exorbitantes de comida, llenando sus carritos con paquetes gigantes de papas fritas, cajas de cereal para alimentar a un ejército y bebidas que parecían más baldes que vasos.
El fenómeno del "supersizing" y el auge de la comida rápida, se discutía ya en 1993, como un cambio cultural con consecuencias para la salud y la economía del país. La proliferación de mega porciones se presentaba como un nuevo "reto" para una sociedad que, aparentemente, ya no se sentía satisfecha con un plato de comida normal. El reportaje, que hacía énfasis en el impacto de las nuevas estrategias de marketing en el comportamiento del consumidor, analizaba cómo la cultura del "más es mejor", se estaba extendiendo a la mesa familiar, convirtiendo las cenas en un festín para el apetito y no solo para el paladar.