Su música, tan provocadora como innovadora, siempre ha generado opiniones encontradas. Pero en el último concierto sorpresa en Boston, el pasado 31 de octubre, Tyler no solo presentó su nuevo álbum Chromakopia, sino que también se enfrentó, sin tapujos, a las críticas que lo han perseguido por su pasado.
El rapero de 33 años, subido a un contenedor verde con el nombre de su disco en letras negras, habló sin titubeos sobre la polémica que lo rodea. Señaló a los fanáticos de Taylor Swift, aquellos que se han pronunciado en contra de sus letras antiguas, acusándolo de racismo. "¿Los fans de Taylor están molestos conmigo por mis letras viejas?", preguntó, haciendo referencia a la controversia en torno a su canción "Tron Cat", de 2011. "No me importa", agregó, con una actitud desafiante.
Las críticas a Tyler no son nuevas. En 2015, fue vetado temporalmente en el Reino Unido debido a las letras de su música. "Venir al Reino Unido es un privilegio, y esperamos que quienes visiten respeten nuestros valores", declaró el Ministerio del Interior británico en ese momento. Tyler, sin embargo, se sintió tratado como un criminal, recordando cómo los oficiales le mostraron extractos de sus canciones, especialmente de su álbum Bastard, como justificación para prohibir su entrada al país.
En su nueva canción, "Thought I Was Dead" de Chromakopia, Tyler parece rechazar la cultura de la cancelación: "Que saquen los viejos tweets, camisetas viejas, lo que quieran, yo camino sobre todo eso".