Hayek, quien siempre ha sido una mujer segura de sí misma, explicó que ella y Pinault mantienen sus finanzas totalmente separadas. "Soy segura de muchos aspectos de mi vida y de mí misma", comentó Hayek. "Siento presión por ganar cierta cantidad de dinero, y me gusta. Ahora, quiero ganar aún más".
Su historia de amor con Pinault, director ejecutivo del grupo empresarial de lujo Kering, comenzó en 2006. En 2009, se casaron en una ceremonia íntima en París, seguida de una fastuosa fiesta en Venecia. Juntos, tienen una hija, Valentina Paloma Pinault, quien hoy tiene 17 años.
Aunque ambos provienen de familias adineradas, Hayek ha vivido de cerca la presión de la riqueza. Su padre, director ejecutivo de una compañía petrolera, perdió su fortuna cuando ella estaba comenzando su carrera en Hollywood. Fue durante ese periodo difícil que, según Hayek, se convirtió en "la mejor versión de [sí] misma".
Tras su matrimonio con Pinault, Hayek se encontró inmersa en un mundo donde el dinero dominaba las conversaciones. "Para mí, lo emocionante de tener mucho dinero era que no tenía que preocuparme, pero de lo único que la gente quería hablar conmigo era de dinero", expresó Hayek. "Se me acercaban desconocidos que creían que deberíamos ser amigos solo porque ellos también eran ricos".
La actriz, quien a pesar de su éxito en Hollywood, nunca se ha dejado llevar por las excesivas exigencias del mundo del lujo. Su honestidad y transparencia sobre la realidad del dinero en su relación, demuestra una vez más la complejidad y la independencia que siempre han caracterizado a Salma Hayek.