Fue Robert Fox, productor de cine y teatro, quien la introdujo a la industria en 1974. Fox, entonces un joven de 22 años, se encargaba de llevarla a las funciones y asistirla durante sus presentaciones, una experiencia que recuerda como "encantadora y aterradora".
Su relación profesional se consolidó con la producción de 10 obras de teatro en 22 años, incluyendo "Lettice and Lovage" y "The Importance of Being Earnest", que se convirtió en un gran éxito en 1993.
Sin embargo, la actriz no siempre fue fácil. Su legendaria aspereza era conocida en el mundo del espectáculo. "Broadway? ¡No llevaría esta obra ni a Woking!", fue su famosa respuesta cuando le preguntaron si llevaría la obra a Broadway. Y su antipatía hacia Richard E Grant, a quien apodó "Richard E Cant", es un secreto a voces.
A pesar de su carácter difícil, Smith era una persona cercana a Fox y su familia.
En 2002, la actriz se encontró en medio de una situación inesperada durante una sesión fotográfica para British Vogue. El plan era retratarla junto a Judi Dench, su mejor amiga, jugando Scrabble en el techo del Four Seasons Hotel de Los Ángeles, mientras se hacían la manicura y la pedicura.
La sesión fotográfica estuvo a punto de cancelarse debido a la incomodidad de Smith con su habitación de hotel, la ropa de la sesión y, sobre todo, la actitud de Dench, quien había sido acomodada en una suite mucho más grande.
Con la ayuda de champaña, diamantes y la paciencia de Dench, finalmente se lograron las fotografías. Smith incluso pidió que las fotos se hicieran en postales para ella.
El mundo del espectáculo no siempre estuvo dispuesto a aceptar a la actriz por su edad. Para una ceremonia de premios, las grandes casas de moda se negaron a prestarle un atuendo, argumentando que era "demasiado vieja" para su "demografía". Afortunadamente, Armani accedió a prestarle un par de pantalones y una blusa para la ocasión.
A los 88 años, Smith se convirtió en la imagen de la campaña de Loewe para la primavera/verano 2024. La campaña, fotografiada por Juergen Teller, mostraba a la actriz sin retoques, con sus arrugas y sus manos huesudas. La edad, esta vez, era algo para celebrar.