El dolor de la pérdida fue un peso inimaginable para ambos. James, reconocido por su papel en la serie "The Crown", buscó refugio en la terapia y en las conversaciones con amigos, pero nada parecía aliviar el vacío que dejó Ella-Jayne. "La terapia no me funcionaba; hablar con los amigos no ayudaba con algo que era imposible de comprender", confiesa James.
Fue en la tranquilidad de la pesca donde encontró un bálsamo para su alma. "El dolor era insoportable. Estaba hundiéndome, lentamente al principio, pero luego cada vez más rápido. Era abrumador y horrible. Entonces me paré en el río y empecé a lanzar la caña; la pesca fue mi forma de afrontar la situación y de encontrar a Ella-Jayne de nuevo".
La pareja, que se conoció durante la grabación de la serie "Cutting It", supo desde antes del nacimiento de Ella-Jayne que su vida sería diferente. Ella-Jayne nació con un débil latido del corazón y pasó cinco meses en cuidados intensivos.
"Sabíamos que nuestras vidas habían cambiado para siempre porque Ella-Jayne no podía alimentarse sola y pensamos que la criaríamos como una niña con necesidades especiales", recuerda James.
La tragedia se intensificó cuando Ella-Jayne falleció en su sueño, cuatro meses después de regresar a casa. "No podíamos respirar mientras Sarah estaba embarazada", cuenta James sobre el nacimiento de Nell, su segunda hija, diez meses después de la muerte de Ella-Jayne. "Luego Nell nació prematura y fue dramático, pero diría que somos bastante resilientes como resultado".
La historia de James y Sarah es un testimonio de la resiliencia del espíritu humano, un recordatorio de que la vida siempre encuentra una manera de seguir adelante, aún en medio de la pérdida más profunda.