Sin embargo, el galardón fue para Kevin Spacey, quien brilló en "American Beauty".
Washington, quien ya había ganado un Oscar en 1989, recordó cómo esa derrota lo afectó profundamente. “Recuerdo haberme dado la vuelta y mirar a Spacey, y no había nadie más de pie, solo las personas a su alrededor. Todos los demás me miraban a mí”, reflexionó. Esta percepción de ser el centro de atención, aunque quizás distorsionada, lo llevó a una noche de desahogo. “Fui a casa y bebí esa noche. Tenía que hacerlo”, confesó.
El actor, que ha acumulado un total de diez nominaciones a lo largo de su carrera, ha ganado dos premios de la Academia. Su primer Oscar fue por "Glory" en 1990, y el segundo llegó en 2002 por "Training Day". Sin embargo, la amarga experiencia de perder en 1999 lo llevó a una etapa de desilusión. “Durante un tiempo, le dije a mi esposa Pauletta que no me importaba ver las películas nominadas. Si ellos no se preocupaban por mí, yo tampoco”, compartió.
Washington admitió que esa frustración lo llevó a un periodo de amargura que duró aproximadamente quince años, hasta que decidió dejar el alcohol en 2014. En una parte de la conversación, también abordó su relación con las sustancias, revelando que aunque nunca se volvió adicto a drogas duras, su consumo de vino fue un camino engañoso. “El vino es muy sutil. No es como si de repente te atrapara”, explicó, añadiendo que su consumo excesivo comenzó con la idea romántica de las catas de vino.
Hoy, con casi una década de sobriedad, Washington reflexiona sobre el daño que causó a su cuerpo y cómo ha cambiado su perspectiva. “Nunca me volví adicto a las drogas duras, pero el vino fue un desafío”, concluyó, dejando entrever que su viaje hacia la recuperación ha sido tanto un proceso de sanación como de autodescubrimiento.