La historia comenzó con una cena familiar aparentemente normal, pero que se convirtió en un momento que dejaría una profunda marca en la psicología del joven actor. Su padre, un hombre que había tenido una carrera intermitente en Hollywood, reveló de manera inesperada que la carne que estaban comiendo provenía de los cerdos que él mismo había criado como mascotas.
"¿Adivina qué estás comiendo?", preguntó el padre, a lo que el joven actor respondió sin saber lo que se le venía. La respuesta de su padre fue impactante: "Oink o Snort", revelando que uno de esos cerdos era el plato principal de la noche.
El actor, Josh Brolin, recordaba con horror cómo esta revelación lo afectó profundamente. Sin embargo, lo que realmente lo impactó no fue tanto el sacrificio de los animales, sino la forma en que su padre decidió hacerle esa revelación de manera tan directa y sin consideración emocional.
James Brolin, el padre de Josh, había tenido una carrera en Hollywood que afectó su capacidad para ser un buen padre. En varias entrevistas, James ha reconocido que su carrera lo hizo "justo" con todos, pero que su distanciamiento emocional le impidió ser un mejor progenitor.
A lo largo de los años, la relación entre Josh y su padre ha pasado por momentos difíciles, pero parece haber llegado a una especie de reconciliación. Josh ha llegado a entender las dificultades que su padre atravesó, aunque no justificando las decisiones tomadas en su juventud.
Hoy en día, Josh Brolin es un hombre casado y padre de cuatro hijos, y su perspectiva sobre la crianza es radicalmente diferente a la de su padre. Asegura que nunca compartiría con sus propios hijos información tan impactante como la que le fue revelada en su infancia.