Fue un viaje de autodescubrimiento y crecimiento personal que la llevó a enfrentarse con emociones que creía haber dejado atrás. Desde que llegó al primer día de grabación, Jolie se entregó a lecciones de canto, lo que comenzó como una herramienta técnica para imitar a la gran cantante, pero se transformó en un acto de autodescubrimiento. "Cantar ópera requiere que seas lo más abierta emocionalmente posible; no es como cantar en el coche. Es catártico. Nunca me había exigido ni me había abierto de esa manera, eso era abrumador", compartió la actriz en diálogo con el medio británico.
Este acto de cantar ópera, que la empujó a salir de su zona de confort, la obligó a enfrentarse con emociones que creía haber dejado atrás. "Fue la terapia que no sabía que necesitaba", afirmó en The Times. La actriz también contó cómo aprendió a respirar de nuevo para realizar esta película. "Todos nosotros realmente no nos damos cuenta de dónde aterrizan las cosas en nuestro cuerpo a lo largo de una vida de diferentes experiencias y dónde las retenemos para protegernos", dijo.
La conexión con la naturaleza de la cantante fue lo que permitió a Jolie descubrir similitudes con Maria Callas que no esperaba tener. "Soy una persona trabajadora y una persona con sentimientos profundos. María es vulnerable porque siente y a veces no es capaz de protegerse de la soledad o el dolor emocional. Porque es parte de su vida y su trabajo ser extremadamente humana y vivir de esa manera", aseguró la aclamada actriz.
La experiencia de interpretar a Maria Callas también hizo que Jolie reflexionara sobre su propia vida y carrera. "Cuando eres una persona pública y la interpretas, eres consciente de lo mucho que odiarías que alguien interpretara tu vida o pensara que la entiende, así que tratamos de ser reflexivos. Esperemos que no haya ninguna sobre mi vida", sentenció la actriz.