La noticia, envuelta en un halo de misterio, implica a una de las estrellas más grandes del pop internacional y una pieza clave del patrimonio musical brasileño.
El centro de la controversia es la canción "Million Years Ago" de Adele, un éxito mundial que ha cautivado a millones. Pero, ¿qué sucede tras bambalinas de esta popular melodía? Un compositor brasileño, Toninho Geraes, ha presentado una demanda por plagio, alegando que la música de Adele copia su clásico de samba, "Mulheres", interpretado originalmente por el reconocido Martinho da Vila en 1995.
La decisión judicial, dictada por el juez Victor Torres del 6º Juzgado de lo Mercantil de Río de Janeiro, es contundente: se ordena la “cesación inmediata y global del uso, reproducción, edición, distribución o comercialización de la canción ‘Million Years Ago’ por cualquier modalidad, medio, soporte físico o digital, streaming o plataforma de compartición.” Las multas por incumplimiento a las disqueras Sony Music Entertainment y Universal Music ascienden a 8,000 dólares por cada acto.
Esta medida cautelar, aunque recurrible, ha generado un debate intenso. Fredimio Trotta, abogado de Geraes, afirma que “es un hito para la música brasileña, que (...) a menudo ha sido copiada para componer éxitos internacionales.” Su cliente reclama, además de los derechos de autor, 160,000 dólares por daños morales y créditos en la composición de la canción de Adele.
Mientras Sony Music Brasil se mantiene en silencio y Universal Music no ha respondido a las solicitudes de comentarios, la repercusión de este caso es innegable. El abogado Trotta espera que la decisión sirva como precedente, disuadiendo a artistas y sellos internacionales de copiar melodías brasileñas. “Los productores y artistas internacionales… se lo pensarán dos veces”, afirma.
Curiosamente, no es la primera vez que "Million Years Ago" se ve envuelta en acusaciones de plagio. En 2015, aficionados turcos de la música señalaron similitudes con la canción "Acılara Tutunmak" de Ahmet Kaya. Sin embargo, la viuda del cantante kurdo descartó la posibilidad de un plagio intencional por parte de Adele. El caso, sumado a la decisión judicial brasileña, pone de manifiesto la complejidad de los derechos de autor en la era digital y la relevancia del Convenio de Berna de 1886, del cual Brasil es signatario.
El desenlace de esta historia aún está por escribirse, dejando a la expectativa a millones de fans y a la industria musical mundial ante este complejo y resonante caso.