Se trata de Janis Timma, un jugador de 32 años con una destacada trayectoria internacional. Su nombre resonaba en canchas de equipos como el Olympiacos, Khimki, Unics Kazán y Darussafaka. Los aficionados españoles lo recuerdan por sus pasos por el Baskonia (2017-18) y el Monbus Obradoiro la temporada pasada. De hecho, su decisión de jugar en un equipo de 3x3 en Rusia este año estuvo motivada por su deseo de acercarse a su pareja y, tal vez, salvar su relación.
La agencia TASS reporta que las autoridades apuntan inicialmente a un suicidio. Un detalle escalofriante: junto al cuerpo se encontró su teléfono móvil con un mensaje: “Llama a Anna”, haciendo referencia a su exmujer, la cantante y actriz ucraniana Anna Sedokova.
Timma y Sedokova, quienes mantenían una relación desde 2020, anunciaron su separación el pasado 9 de diciembre. Según Sedokova, la convivencia era “complicada”, con varias rupturas y reconciliaciones: “Habíamos roto 20 veces”. Las redes sociales del jugador, en especial su cuenta de Instagram, según información de Basketnews, reflejaban un profundo dolor en las semanas previas a su fallecimiento, incluyendo publicaciones que para muchos ahora se interpretan como señales de advertencia.
Un día antes de su muerte, Timma publicó una historia en Instagram felicitando a Sedokova por su cumpleaños, un gesto que ahora adquiere un significado desgarrador. El impacto de esta tragedia se extiende más allá del deporte. Su compatriota, Kristaps Porzingis, habló sobre la importancia de la conexión humana y la salud mental, “La conexión humana es la piedra angular de nuestra salud mental. Por favor, cuídense unos a otros”, escribió.
La investigación continúa para esclarecer todos los detalles de este suceso que ha dejado una profunda huella en el mundo del deporte y en quienes conocieron al jugador letón.