El lanzamiento en marzo, inicialmente solo disponible para descarga desde una página GeoCities vía Mega, generó una expectación inusual. Detrás de Cindy Lee está Patrick Flegel, músico canadiense de la banda Women, quien en su sexta producción bajo este alias, ha logrado un éxito rotundo. La crítica especializada, como Pitchfork, le otorgó la calificación más alta en cuatro años, desatando un frenesí en plataformas como Reddit y Rate Your Music.
La dificultad inicial de acceso al álbum —ahora disponible en Bandcamp, CD y vinilo— añadió a su encanto. Con 32 temas y 122 minutos, Diamond Jubilee es una obra inmersiva, compleja y ambiciosa. Flegel, quien compuso e interpretó todo el material —con la excepción de algunas contribuciones de Steven Lind en la mezcla— decidió no dar entrevistas y acortó la gira promocional, incrementando aún más el misterio en torno a su proyecto.
El álbum fusiona una variedad de géneros musicales que desafían las etiquetas: doo-wop, glam, folk-rock, psych/garage, art-rock, chanson francesa, soul clásico, pop de grupos femeninos de los 60, synthwave, rockabilly y ambient. Su producción lo-fi le da un toque único, como si la música viajara desde otra dimensión. La enigmática figura de Cindy Lee, con su glamoroso personaje drag y su voz versátil, añade otra capa de misterio a la experiencia.
La comparación con el pop hipnagógico de la década de 2010 (artistas como Ariel Pink o Gary War) es inevitable. Sin embargo, Diamond Jubilee se diferencia por la pureza de sus melodías, comparables a clásicos de Burt Bacharach, Lou Reed o Sam Cooke. Las letras, llenas de simbolismo romántico, evocan las miniaturas de amor del pop de mediados de siglo. Ejemplos como: “Un sabor tan dulce y tan refinado / Solo tengo una cosa en mente” o “Mis brazos estaban abiertos / Mi corazón fue robado / Cuando las lágrimas comienzan a caer / Yo sigo rodando”, transmiten una emotividad directa a pesar de la fidelidad sonora.
La riqueza del álbum reside en su diversidad. Cada escucha revela nuevas canciones favoritas. Para muchos, If You Hear Me Crying es un punto culminante: la dulzura inicial de la voz de Flegel contrasta con un explosivo solo de guitarra eléctrica al final, una metáfora perfecta de cómo llega el amor a nuestras vidas: ruidoso e imparable. En un año dominado por la iconografía atrevida y las referencias hiperespecíficas, Diamond Jubilee destaca por su originalidad y su capacidad para transportarnos fuera de la realidad cotidiana.