Richard Gere, acompañado de su esposa, Alejandra Silva, y su hijo, Homer James Jigme Gere, acaparó algunas miradas. La presencia de Homer, quien recientemente se graduó, es significativa. Su nombre, un interesante detalle, rinde homenaje a los abuelos: "Homer James es un homenaje a los padres del ex matrimonio, Homer Gere y James Lowell," según la revista People. El "Jigme", de origen tibetano y que significa "valiente", refleja la profunda conexión del actor con el budismo, una práctica que lo acompaña desde su juventud.
Nacido el 6 de febrero del 2000 en Nueva York, fruto de la relación entre Gere y Carey Lowell (matrimonio que concluyó en 2016), Homer no es solo un nombre, sino una historia en sí mismo. Sus padres se separaron cuando él era pequeño, pero su padre siempre ha sido una figura presente en su vida. En una entrevista con The Guardian, cuando Homer tenía solo dos años, Gere lo describió como: "la alegría de mi vida. Ama la música, corre muy rápido, es muy inteligente. Es muy divertido. (...) Aprendió rápidamente la ironía, que es una cualidad maravillosa para cualquier ser humano".
Ahora, con su título universitario en Psicología y Artes Visuales de la Universidad de Brown, y su experiencia como asistente de investigación en el Laboratorio de Neurociencia Terapéutica de la Facultad de Salud Pública —según su perfil de LinkedIn— Homer parece encaminado a un futuro prometedor, lejos de la sombra paterna, pero sin alejarse de la pasión por las artes y la búsqueda del conocimiento.
Su trayectoria académica, combinando la ciencia y el arte, indica una personalidad compleja y multifacética. El joven Gere ha demostrado un interés intelectual que va más allá de lo esperado, configurando un perfil académico notable, un camino distinto al de su famoso padre.