Billy Bob Thornton, el reconocido actor de 69 años, recientemente reveló en el podcast "Bingeworthy" de The Playlist, un par de secretos que seguramente te sorprenderán. Se trata de dos papeles icónicos de villano que rechazó: el Duende Verde en la película "Spider-Man" de 2002 y el traficante de armas Owen Davian en "Misión Imposible III" de 2006.
Su razonamiento, lejos de la ambición desmesurada que uno podría esperar, es sorprendentemente sencillo. Según Thornton: "No tengo mucho interés en ese tipo de papeles". Para el Duende Verde, la razón fue más práctica: "No tenía ganas de levantarme a las 4 a.m. para cinco o seis horas de maquillaje".
Willem Dafoe, quien finalmente interpretó al Duende Verde —e incluso lo repitió en "Spider-Man: No Way Home"— tuvo una perspectiva diferente. En una entrevista con The Mary Sue, explicó: "Realmente no quería hacer un cameo. Quería asegurarme de que hubiera algo suficientemente sustancial que hacer, que no fuera solo un guiño. Y lo otro fue que dije que realmente quería que hubiera acción, quería participar en escenas de acción. Porque eso es realmente divertido para mí. Es la única manera de enraizar al personaje. De lo contrario, solo se convierte en una serie de memes".
En cuanto a "Misión Imposible III", Thornton fue aún más directo: "No quería ser el tipo que intenta matar a Tom Cruise. Si eres el malo en una película grande como esa, el público lo recuerda para siempre". Philip Seymour Hoffman, quien interpretó al personaje de manera magistral —un co-protagonista de la película, anónimo, lo describió a Wild About Movies como: "Si Philip [Seymour Hoffman] no gana el premio al Mejor Actor de Reparto el próximo año, algo anda mal en el proceso de votación de los Oscar. Nunca he visto a alguien interpretar tan bien a un malo"— falleció trágicamente en 2014.
Thornton, quien actualmente participa en la serie "Landman" de Taylor Sheridan, clarifica su postura: "Prefiero mantener las cosas más relajadas y menos predecibles". Una filosofía que, sin duda, ha definido su carrera y lo ha mantenido alejado de papeles que, aunque icónicos, quizá no se ajustaban a su visión artística.