Una figura emblemática de la televisión británica, Mary Berry, recientemente compartió una reflexión conmovedora que nos invita a la introspección. A sus 89 años, la recordada jueza de The Great British Bake Off ha vivido momentos difíciles, incluyendo la pérdida de su hijo, William, hace 35 años.
El trágico accidente automovilístico que se cobró la vida de William, a la joven edad de 19 años, ocurrió un sábado soleado mientras él salía a comprar el periódico The Times. Su hermana, Annabel, también iba en el auto, sobreviviendo milagrosamente sin lesiones graves. Berry, en una entrevista pasada con Piers Morgan, recordó el impacto devastador de la llamada telefónica del policía: “Recuerdo que pensé, ‘Solo espero que Annabel esté bien’”.
Este doloroso recuerdo ha llevado a Mary a lanzar un mensaje de esperanza y solidaridad. No se trata de una simple declaración pública, sino de un llamado a la empatía, especialmente en fechas como las navideñas. Berry enfatiza la importancia de la comunicación y el apoyo a quienes sufren la pérdida de un ser querido. “No cruzar la calle para evitar a alguien que está de luto, sino acercarse y decir algo, recordar un momento feliz, una habilidad, un logro… hacerlos hablar”, aconseja.
La experiencia de Berry, además, destaca la resiliencia de la familia. A pesar del dolor inconmensurable, la familia Berry logró mantenerse unida. “Tuvimos la suerte de tener otros dos hijos”, dijo Berry en la entrevista con Morgan, “Imagínense perder a un hijo único. Creo que nos unió terriblemente.” Su mensaje concluye con un llamado sutil a incluir a aquellos que están de duelo en las celebraciones familiares. “Siempre incluyan al viudo o la viuda cuando se reúnan con amigos; significará mucho para ellos”.
Más allá de la figura pública, la historia de Mary Berry resuena con la experiencia universal del dolor y la importancia de la conexión humana, especialmente durante las festividades.