Y si alguien sabe hacerlo, esa es Hailey Bieber, quien, incluso tras convertirse en madre, sigue marcando tendencia.
Más allá de los habituales desfiles y campañas publicitarias, Hailey ha encontrado una vía de expresión única: la joyería. No se trata solo de lucir piezas exclusivas; es un lenguaje silencioso, una forma de comunicar emociones y celebrar momentos importantes. Recordemos que, aunque la vida privada de la pareja se mantiene en gran parte fuera del foco mediático desde el nacimiento de su hijo, Jack Blues Bieber, algunos detalles se filtran.
Ya conocíamos sus collares con la inicial "B", en forma de globo y con incrustaciones de diamantes, un símbolo compartido con su esposo, Justin Bieber. Pero la historia no termina ahí. Tras la llegada de su bebé, Hailey añadió un nuevo collar con las iniciales "JBB", diseñado por Alex Moss, piezas valoradas en no menos de $50,000 dólares cada una. Una inversión significativa que refleja el profundo significado sentimental que estas joyas representan.
Ahora, la novedad reside en una pieza más sutil, pero igual de significativa: un anillo personalizado de Ring Concierge, con un precio aproximado de $1,000 dólares. Este anillo, un detalle exquisito, combina dos piedras preciosas: un citrino en corte pera, que representa la piedra de nacimiento de Hailey, y un peridoto en corte esmeralda, la piedra de nacimiento de su hijo, Jack. Un discreto pero potente símbolo de unión familiar.
Esta predilección por la joyería personalizada no es nueva en la pareja. Anteriormente, ambos lucían collares con un dije en forma de hongo, uno azul para Justin y otro amarillo para Hailey, también con detalles en diamantes sobre oro de 14 quilates. Es un ejemplo de cómo la joyería, más allá de la ostentación, puede convertirse en un poderoso vehículo de expresión personal y de unión, una narrativa que se cuenta a través de piezas cuidadosamente elegidas.
Más que simples accesorios, estos objetos se convierten en piezas clave de una historia que se construye día a día, expresando de forma sutil y elegante la evolución de una vida familiar.