Millie Bobby Brown, la actriz que dio vida a Once en Stranger Things, ha cerrado una etapa crucial de su vida. Desde 2015, cuando con tan solo 11 años se unió al elenco, ha compartido con Gaten Matarazzo, Finn Wolfhard y Caleb McLaughlin no solo grabaciones, sino la transición de la infancia a la adultez. Su experiencia en la serie, que culminó con el rodaje de la quinta y última temporada, es ahora un capítulo inolvidable.
La despedida no fue sencilla. En una de las últimas sesiones de grabación, Millie leyó una carta, dejando ver la emoción contenida durante años. "No se supone que la graduación tiene que traer alivio? Como si estuvieras feliz de dejar atrás a los profesores y compañeros de clase. Yo no. No estoy ni cerca de estar lista para dejaros, chicos", confesó entre lágrimas, ante un equipo que se convirtió en su segunda familia.
Su mensaje final fue conciso pero cargado de sentimiento: "Os quiero a todos y cada uno de vosotros y siempre llevaré los recuerdos y los lazos que creamos juntos como familia. Os quiero, gracias". Palabras que reflejan el impacto profundo de Stranger Things, más allá del éxito global de la serie.
La serie, que debutó en Netflix en 2016, revolucionó la pantalla chica con su combinación de ciencia ficción, nostalgia ochentera y un elenco memorable. Aunque la fecha exacta aún no se confirma, se espera que la temporada final llegue en 2025, un retraso debido a las recientes huelgas en Hollywood. Este retraso, sin embargo, no opaca el legado de una historia que se ha convertido en parte importante de la cultura popular, con Hawkins y el "Upside Down" grabados para siempre en la memoria de millones.
Más allá de las cifras de audiencia, queda la historia humana. Una historia de crecimiento, amistad y trabajo en equipo, sellada con una despedida emotiva que trasciende la pantalla y nos recuerda el poder de las conexiones construidas en el set de grabación.