Más allá de premios como el "Best UK Breakthrough Artist" en los Heavy Music Awards, y su inclusión en festivales como Slam Dunk y 2000 Trees, RØRY ha conectado con miles a través de una sinceridad desconcertante para la industria. Su concierto en el 100 Club, un evento especial de War Child en el Día de la Niña, fue la prueba definitiva.
Dos años separan su presentación en Islington de esta íntima velada en el 100 Club. En ese tiempo, su base de fans se ha multiplicado exponencialmente, atraídos por su autenticidad. Su apertura sobre la pérdida de su madre, su TDAH y su sobriedad, la han convertido en un referente para quienes buscan conexión genuina.
“He tratado de alejarme de las canciones tristes,” confesó RØRY al inicio del concierto. Sin embargo, la emotividad de su repertorio generó una extraña alegría colectiva. El setlist fue corto pero potente. "ANTI-REPRESSANT" abrió la noche, seguida de "Baby Vendetta", un tema que, según bromeó la artista, casi excluye del concierto, pero que terminó generando una euforia contagiosa. La multitud cantaba con fervor: “Dont cry, baby. Lets play a game, a vendetta.”
Con una emotiva pregunta: "¿Hay algún fan sobrio aquí?", RØRY enfocó su sobriedad y su influencia en su música con "Help Your Friends Get Sober", recibiendo una ovación que reflejaba la resonancia de su historia personal.
Un fallo técnico interrumpió brevemente el concierto, pero la reacción de RØRY –un tranquilo: “la tecnología dice que necesitan las canciones tristes”– demostró su carisma. Luego, una versión acústica de "the apology I’ll never receive" conmovió a la audiencia.
El clímax emocional llegó con "Jesus & John Lennon", dedicada a su madre. La petición de RØRY de levantar la mano a quienes habían experimentado pérdidas similares, inundó el recinto de manos. Su siguiente frase, jocosa pero significativa, fue: “Solo quiero recordarles, ¡pagaron para llorar!”
La vulnerabilidad de RØRY, palpable en cada presentación, es el imán que atrae a miles. Temas como "Hurt Myself" y "this is a song not a suicide letter", precedieron al favorito del público, "BLOSSOM", donde RØRY rió al comentar: “¿Cómo se saben TODAS las letras?”
La noche culminó con "SORRY I’M LATE", su último sencillo, lanzado apenas 24 horas antes. El tema, optimista y lleno de orgullo, es un presagio del nuevo capítulo de RØRY: uno de crecimiento y confianza. Con un álbum debut en camino y un año frenético por delante, el futuro de RØRY brilla con intensidad.