La protagonista de esta historia, conocida por su música innovadora y su personalidad excéntrica, es Grimes. La cantante canadiense, expareja del magnate Elon Musk, ha hecho una confesión peculiar a través de su cuenta de X (antes Twitter): su nueva estrategia para abandonar el vapeo.
Según sus propias palabras, "Es tremendamente vergonzoso que finalmente me esté convirtiendo al cristianismo porque es la única forma en que puedo dejar de vapear". Esta declaración ha generado una ola de reacciones en redes sociales, desatando un debate entre quienes lo interpretan como una medida desesperada y quienes lo ven como una búsqueda espiritual genuina.
Grimes, quien anteriormente se ha definido como una persona de espíritu libre y alejada de las religiones tradicionales, admite que este camino es completamente nuevo para ella: “Esto realmente me ha estado enviando a una espiral filosófica porque nunca, nunca, nunca he tenido mi mente ni siquiera remotamente accesible a la religión… Pero me estoy dando cuenta de que el arte en sí mismo es posiblemente lo que es Dios. La historia que te cuentas a ti mismo es muy poderosa”.
Sin embargo, la artista ha matizado su decisión, aclarando que su conversión no la llevará a abrazar el catolicismo: "Soy demasiado corrupta para ser católica". Esto deja abierta la pregunta sobre qué rama del cristianismo seguirá, o si simplemente se trata de una estrategia personal para superar su adicción al vapeo.
El anuncio, más allá de la controversia que ha generado, deja entrever una búsqueda introspectiva de Grimes, quien busca en la espiritualidad una solución a un problema personal. Los detalles de su nueva fe, y si esta influirá en su música, aún están por verse.