En medio de este torbellino digital, la unión de Julián Gil y Valeria Marín, tras un noviazgo de cinco años, desató una ola de especulaciones, particularmente en torno a una figura pública: Marjorie de Sousa. La actriz venezolana, famosa por su constante presencia en redes sociales, mantuvo una inusual discreción durante las últimas semanas del año.
Esta relativa quietud en su cuenta de Instagram, contrastando con la habitual actividad, generó un sinfín de comentarios. La ausencia de publicaciones en su feed principal, a diferencia de sus historias, fue interpretada por muchos como una respuesta indirecta a la boda de su expareja. Se dispararon las conjeturas sobre su posible reacción al enlace matrimonial.
Sin embargo, la calma volvió rápidamente. Marjorie de Sousa reapareció en la plataforma con publicaciones que, lejos de reflejar malestar, proyectaron una imagen de optimismo y serenidad. En una primera publicación, escribió: “Gracias gracias gracias 2024 bienvenido 2025 te amo y decreto brillante y poderoso”, acompañando el texto con una serie de fotografías que resumían sus logros del año.
Posteriormente, compartió imágenes de unas vacaciones en la playa con el mensaje: “Bienvenido 2025 playita mía me encantas”. El contenido visual de sus publicaciones incluía:
- Imágenes de sus proyectos profesionales.
- Momentos con amigos y seres queridos.
- Escenas de sus vacaciones en playas paradisiacas.