Una de estas historias, conmovedora y compleja, nos remite a un nombre que resonó en el mundo de la música electrónica: Avicii.
Su nombre real, Tim Bergling, se convirtió en sinónimo de éxitos mundiales como "Levels" y "Wake Me Up". A sus 28 años, el joven DJ sueco había alcanzado la cúspide, amasar una fortuna estimada entre 50 y 70 millones de dólares, según diferentes fuentes como Celebrity Net Worth y Forbes. Esta cifra se debió a sus presentaciones, algunas llegando a facturar entre 200,000 y 500,000 dólares por concierto, y sus millones de reproducciones en plataformas digitales.
Entre junio de 2014 y junio de 2015, sus ganancias ascendieron a la asombrosa cifra de 30 millones de dólares, gracias a giras mundiales y colaboraciones estelares. Sin embargo, detrás del brillo, Avicii luchaba contra problemas de salud mental y física, lo que lo llevó a retirarse de las giras en 2016, aunque siguió produciendo música.
El 20 de abril de 2018, el mundo despertó con la devastadora noticia de su fallecimiento en Omán. Su inesperada muerte, a tan temprana edad, dejó un vacío en la escena musical y generó un intenso debate sobre la presión en la industria y el costo de la fama. La ausencia de un testamento dejó el destino de su considerable fortuna en manos de las leyes suecas.
De acuerdo con la legislación sueca, al no tener cónyuge ni hijos, su herencia recayó en sus padres, Anki Lidén y Klas Bergling. La herencia inicial incluyó 22 millones de euros (unos 25 millones de dólares) en efectivo, además de las futuras regalías y los bienes inmuebles. Entre estos, destaca una casa en Hollywood Hills, adquirida por 15.5 millones de dólares en 2014 y vendida en 2018 por 17.5 millones de dólares.
A pesar de la magnitud de su fortuna, "Cuando empecé a ganar dinero, descubrí que realmente no lo necesitaba," declaró Avicii en una entrevista en 2013, demostrando su compromiso con la filantropía. Su donación de las ganancias de una gira en Estados Unidos a la organización Feeding America en 2012, refleja su generosidad.
Tras su muerte, su padre creó la fundación Klas Bergling, enfocada en la salud mental y la prevención del suicidio, un legado que trasciende la música y perpetúa su compromiso social. La historia de Avicii, una mezcla de triunfo y tragedia, sirve como un recordatorio del lado oscuro de la fama y la importancia de la salud mental.