Y en este escenario, una figura clave ha decidido mover ficha.
Steve Bannon, ex estratega jefe de Donald Trump y figura prominente del conservadurismo radical estadounidense, ha puesto en la mira a Elon Musk. No se trata de una simple discrepancia; Bannon ha declarado una guerra abierta contra el magnate tecnológico, acusándolo de racismo y de ser, en sus propias palabras, “el mal personificado.”
La declaración de guerra, publicada inicialmente por Il Corriere della Sera y retomada por Breitbart News, es contundente. Bannon promete expulsar a Musk de la Casa Blanca, negándole el acceso privilegiado que muchos otros poseen. Sus palabras son un potente ataque directo: “Debería volverse a Sudáfrica. Haré que echen a Elon Musk el día de la toma de posesión. No tendrá un pase azul a la Casa Blanca...”
La animosidad entre ambos no es nueva. A pesar de que Musk fue un donante importante de la campaña de Trump (más de 260 millones de dólares), Bannon considera que la influencia de Musk va más allá de una mera donación política. Bannon lo ve como una amenaza, alguien que se inmiscuye en asuntos políticos tanto en Estados Unidos como en otros países, apoyando figuras de la extrema derecha en Italia y Alemania, mientras ataca públicamente al primer ministro británico, Keir Starmer.
El conflicto se intensificó con el debate sobre los visados H-1B para trabajadores cualificados en tecnología, un tema que Musk apoya. Bannon lo critica duramente, alegando que: “Este asunto de los visados H-1B… el sistema de inmigración está manipulado por los señores de la tecnología… la gente está furiosa,” destacando la alta proporción de ingenieros no estadounidenses en Silicon Valley (“el 76% de los ingenieros que trabajan en Silicon Valley no son estadounidenses”).
La situación es compleja, un reflejo de las tensiones internas de la derecha estadounidense y la creciente influencia de los magnates tecnológicos en la política global. La batalla entre Bannon y Musk promete ser una de las más observadas en los próximos meses, con consecuencias aún impredecibles.