El foco se centró en Ferne McCann, la estrella de TOWIE, de 34 años, quien debutaba en el programa de ITV1 junto a su compañero profesional, Brendyn Hatfield. Su actuación, una elegante coreografía al ritmo de "Somewhere Only We Know" de Lily Allen, le valió una respetable puntuación de 26.5 y elogios del jurado. Sin embargo, la atención se desvió hacia un detalle peculiar en la audiencia.
Según un testimonio recogido por The Sun, la interacción entre la madre de Ferne, Gilly, y su prometido, Lorri Haines, fue mínima. "No parecían muy cercanos. Ambos hablaron con Sunday, pero apenas intercambiaron palabras entre ellos. Fue muy extraño, y estaba claro que había cierta tensión en el ambiente", declaró el testigo.
La situación se complica al considerar la familia ensamblada: Ferne es madre de Sunday (7 años), fruto de su relación con Arthur Collins, y comparte a Finty (18 meses) con Lorri. Durante la actuación, Sunday se encontraba sentada entre Lorri y Gilly, presenciando el aparente distanciamiento entre ambos adultos.
El testigo añadió un comentario intrigante: "No es ningún secreto que Ferne y Lorri han tenido sus problemas últimamente, así que quizás por eso las cosas parecían tensas." Este detalle, sumado a la visible emoción de Ferne — quien admitió haber estado al borde del llanto tras su actuación — añade una capa extra de misterio a la velada.
Recientemente, Ferne había desmentido rumores de separación con Lorri en una entrevista con la revista OK!, destacando los desafíos de equilibrar sus carreras y criar una familia ensamblada. "Mi corazón se hundió... incluso tuve familiares que me enviaban mensajes y me preguntaban qué había pasado. Pero estamos bien. Sentimos que a veces tenemos que justificarnos porque, ya sabes, todas las parejas tienen sus altibajos", explicó.
La imagen de una familia unida en la superficie contrasta con la tensión percibida por el espectador, dejando una interrogante en el aire sobre la verdadera situación de la pareja.