Es un universo impredecible, lleno de giros inesperados, y justo ahí reside parte de su encanto.
Hablamos de Margaret Qualley, una actriz que a sus 30 años ha logrado consolidar una carrera envidiable en Hollywood. Su nombre no es nuevo, pero su reciente trabajo ha catapultado su popularidad a otro nivel. La portada de Vogue es solo la punta del iceberg.
Su ascenso no ha sido fortuito. Desde su papel revelación en The Leftovers de HBO, donde demostró una intensidad emocional que llamó la atención de la crítica, su trayectoria ha sido un constante desafío. Su participación en Once Upon a Time in Hollywood, junto a Brad Pitt, fue un punto de inflexión, pero fue su actuación en Maid (Netflix), donde interpretó a una madre luchando contra una relación abusiva, la que le valió una nominación al Emmy y el reconocimiento internacional.
Pero el papel que realmente está dando de qué hablar es el de Sue en The Substance, un drama de terror corporal dirigido por Coralie Fargeat. Comparte pantalla con Demi Moore, interpretando una versión joven de su personaje. “Quería que Sue fuera más que una imagen idealizada,” reflexiona Qualley. “A pesar de su perfección superficial, debía transmitir la falta de vida y amor que la define.”
Este papel, que implicó una exigente transformación física y emocional, no solo la posiciona como una actriz versátil, sino que también la presenta como una figura que prioriza su bienestar. “Logré mantenerme sana durante un proceso tan exigente”, afirma. Una perspectiva poco común en una industria obsesionada con la imagen perfecta.
Más allá de la pantalla, Qualley ha encontrado un equilibrio. Su vida personal, marcada por su matrimonio con el productor musical Jack Antonoff, y la compañía de su perro Smokey – quien incluso participó en la sesión fotográfica de Vogue– aporta una estabilidad que se refleja en su trabajo. “Fue un tiempo difícil emocionalmente, pero tener a alguien que me apoyara incondicionalmente me dio un campo de fuerza romántico que lo hizo todo más llevadero,” comenta sobre el apoyo de su esposo durante el rodaje de The Substance.
Con una agenda llena de proyectos para 2024 – entre ellos Honey Don’t (una comedia dirigida por Ethan Coen), Huntington (un thriller junto a Glen Powell), y Blue Moon (una colaboración entre Richard Linklater y Ethan Hawke)–, y su deseo de explorar comedias románticas, inspirada en directoras como Nancy Meyers, Margaret Qualley se perfila como una de las figuras más prometedoras del cine contemporáneo. Una carrera ascendente, una personalidad auténtica y una visión equilibrada, la definen como una artista para seguir de cerca.