Pernice, a sus 34 años, no solo desplegaba su talento, sino que compartía algo mucho más personal. Habló de un año difícil, de un momento en que "el mundo se derrumbó", tras las acusaciones de la actriz Amanda Abbington, de 50 años, quien en julio del año pasado lo acusó de comportamiento "cruel e innecesario" durante su participación en Strictly.
Antes de la tormenta, Giovanni describió un panorama exitoso: "Me sentía invencible, un superhéroe. Tenía mi ejército, mi público." Sin embargo, las acusaciones, aunque finalmente no sustentadas en agresión física por una investigación de la BBC (siendo solo las quejas de acoso verbal las que llevaron a una disculpa por parte de la BBC), dejaron una huella profunda.
El apoyo de algunos se desvaneció: "La gente que se suponía que era mi amiga desapareció. Nadie quería verme, no querían ser vistos conmigo." En ese contexto, una voz interior y la figura de Freddie Mercury, su ídolo, le recordaron que "el show debe continuar."
Pero más allá de la fuerza interior y la inspiración musical, hubo un apoyo incondicional: Anton Du Beke. Su mejor amigo, el juez de Strictly de 58 años, se mantuvo a su lado. "Fue el apoyo de mi vida," confesó Giovanni, señalando a Anton, quien estaba entre el público, para que la audiencia le brindara un aplauso.
La gira "Together Again", que ambos emprenderán este año, se perfila como un símbolo de resiliencia y amistad. Giovanni finalizó la noche con una promesa: "Esta no es la última gira, es el último baile. Volveré en verano con mi mejor amigo, en la mejor gira."
El relato de Giovanni Pernice no es solo una experiencia personal, sino una ventana a la fragilidad de la fama y la fortaleza que nace de la verdadera amistad. Un testimonio ofrecido en medio de pasos de baile precisos, con la pasión y el corazón a flor de piel.