James Kennedy, el DJ reconocido por su participación en el programa de Bravo, fue arrestado el 10 de diciembre pasado bajo la acusación de violencia doméstica. El incidente, que supuestamente ocurrió después de la fiesta, involucró a su novia, Ally Lewber. Un testigo presencial llamó a la policía tras alegar haber visto a Kennedy, de 32 años, agarrar a Lewber, de 29, y lanzarla al suelo.
La noticia corrió como pólvora, alimentando especulaciones en redes sociales. Imágenes de Kennedy en la fiesta de Hilton, donde se le describió como actuando de forma errática, y su posterior huida, solo intensificaron el revuelo. "Se movía por la alfombra roja como si intentara evitar a todos," comentó una fuente anónima a Page Six. La policía llegó al lugar y, aunque no se observaron heridas visibles en Lewber, Kennedy fue arrestado y liberado bajo una fianza de $20,000 dólares.
Sin embargo, un giro inesperado ocurrió esta semana. El fiscal de la ciudad de Burbank decidió no presentar cargos contra Kennedy después de una investigación exhaustiva. Su abogado, Scott Leemon, declaró a Page Six que "la investigación diligente confirmó lo que hemos sostenido desde el principio: no había motivos para presentar cargos contra el Sr. Kennedy."
La declaración del abogado también menciona que Kennedy "está agradecido de tener este asunto atrás y espera continuar enfocándose en su sobriedad y su carrera como DJ." Mientras tanto, se reporta que Lewber se ha mudado de la propiedad que compartía con Kennedy en el valle de San Fernando, aunque ambos mantienen comunicación. Un informante reveló que, a pesar de la separación, "todavía se hablan y se contactan, pero Ally está viviendo su propia vida".
Este caso, que inicialmente parecía tener un desenlace claro, ha tomado un rumbo sorprendente. Los detalles emergentes de la investigación, la decisión de la fiscalía, y el futuro de la relación entre Kennedy y Lewber, dejan abierta una serie de preguntas que solo el tiempo podrá responder. La historia sigue en desarrollo.