No era una publicación cualquiera, tenía un trasfondo muy especial.
El mensaje era por el cumpleaños número 23 de Paula Levy, hija de Mariana Levy y “El Pirru”. Suena común, ¿verdad? Pero la carga emocional que transmitía era palpable. El texto, publicado en redes sociales, estaba lleno de detalles que revelaban una historia mucho más profunda de lo que aparentaba a simple vista.
“Mi Paula, hoy cumples 23 años de no saber cómo es que estás en este mundo, con tus luchas filosóficas y metafísicas, pero eso es lo que menos importa…”, escribía “El Pirru”. Aquí ya se intuye la complejidad de la relación, marcada por la ausencia temprana de Mariana Levy, fallecida cuando Paula solo tenía tres años.
El mensaje continuaba: “Sé que hemos tenido momentos muy difíciles, algunos días de gran tristeza. Sé que no es fácil haber vivido desde los 3 años sin tu tan amada madre.” Aquí, “El Pirru” reconoce abiertamente los desafíos de criar a Paula, lidiando con la pérdida devastadora de su esposa y la consecuente ausencia materna en la vida de su hija. No elude la dificultad, sino que la asume con una sinceridad conmovedora.
“El Pirru” detalla las dificultades de enfrentar la ausencia de Mariana: “En un principio no encontraba nada que justificara su tan repentina ausencia, pero ahora que te veo sé que eso te ha hecho más fuerte, más madura, más sensible…” Destaca el crecimiento y la fortaleza de Paula, un triunfo personal forjado en medio del dolor.
No solo se centra en el sufrimiento, sino que describe la personalidad de su hija: “Eres ya una mujer, tan guerrera, tan audaz, tan clara en tus formas y tan inteligente en tus tiempos. Has sido mi gran compañía y mi gran compañera, estás tan llena de vida. Has aprendido que el arrepentimiento es importante, que la bondad es recíproca… a ser libre…”. Aquí “El Pirru” destaca la independencia y madurez de Paula, fruto de su resiliencia. Una serie de cualidades que, con solo 23 años, la destacan.
La lista de atributos de Paula continúa: “Admiro tu capacidad de asombro, tu avidez por conocer y preguntar, tu música, tus pláticas, el extenso vocabulario que manejas con gran soltura, amo tu manera de escribir y de ver siempre el lado positivo de las cosas. Amo tu carácter firme y decidido y tu capacidad de resolver problemas, teniendo un propósito en la vida…”. Un retrato profundo y lleno de orgullo paternal.
El mensaje concluye con una promesa: “Sé que aún estás llena de dudas y cosas inexplicables pero, sabes, yo también. Aunque algunas se irán resolviendo en el camino y otras las seguiremos dudando siempre. Solo quiero decirte que siempre estaré para ti… Te amo”. Una declaración de amor incondicional, una promesa de apoyo constante.
La respuesta de Paula? Un simple, pero significativo “Te amo”, un eco de la profunda conexión entre padre e hija.