Esta vez, la innovación llega de la mano de un maestro que, tras un breve retiro, ha vuelto con una propuesta audaz.
Steven Soderbergh, el director detrás de clásicos como Sex, Lies & Videotape y Ocean's Eleven, vuelve a la escena cinematográfica con Presence, una película que no solo redefine el género de casas encantadas, sino que también nos invita a una reflexión profunda sobre las relaciones familiares y la soledad humana.
La cinta, protagonizada por Lucy Liu y Chris Sullivan, como Rebekah y Chris respectivamente, gira en torno a una familia que se muda a una casa histórica. Pero hay un detalle que la hace única: la narrativa se centra en el fantasma que habita la vivienda, interpretado —de manera sutil pero efectiva— por la misma cámara, operada por el propio Soderbergh bajo el pseudónimo de "Peter Andrews". La glamorosa agente inmobiliaria, interpretada por Julia Fox, añade una capa extra de intriga a esta historia.
El guion, obra de David Koepp (colaborador de Soderbergh en Kimi), se aleja de las convenciones del género. No se trata de sustos repentinos, sino de una exploración minuciosa de la fragilidad de los lazos familiares. La relación entre Rebekah y su hija, interpretada por Callina Liang, es especialmente tensa; la madre muestra un favoritismo descarado hacia su hijo, Eddy Maday, dejando al descubierto una dinámica familiar disfuncional. “La desconexión entre madre e hija es desgarradora,” afirma un crítico especializado.
La perspectiva del fantasma permite al espectador observar las complejidades emocionales de cada miembro de la familia, penetrando en sus mundos privados y secretos. Asistimos a momentos íntimos, a conversaciones a escondidas, a las pequeñas muertes que ocurren en vida: la erosión de la confianza, la acumulación de resentimientos y la soledad que los envuelve. Incluso el aparentemente jovial Chris oculta un secreto que le consume.
Más allá del misterio sobrenatural, Presence explora la soledad inherente a la condición humana, tanto en vida como en la muerte. El anhelo del fantasma por conectar con la familia, la tristeza que emana de su incapacidad para hacerlo, son elementos conmovedores que enriquecen la narrativa. La película se desenvuelve con un tono que oscila entre lo lúdico y lo melancólico, generando una experiencia cinematográfica única.
El estreno de Presence en cines está programado para el 24 de enero. La película promete ser una experiencia cinematográfica memorable, que invita a la reflexión sobre las relaciones humanas y la persistencia de la soledad.