Katie Price, a sus 46 años, ha vuelto a acaparar titulares. No por un nuevo lanzamiento musical o un papel protagónico, sino por una visita al quirófano en Turquía. Esta no es una cirugía cualquiera; se trata de retoques a su sexto lifting facial, un procedimiento que ya le ha costado, según sus propias declaraciones, £10.000.
La noticia se ha filtrado a través de sus historias de Instagram, donde Katie ha compartido imágenes desde su cama de hospital, momentos antes de la intervención. Acompañada por su novio, JJ Slater, la ex modelo se muestra "tranquila" ante el procedimiento que, según trascendidos, incluye el ajuste de sus orejas y una pequeña blefaroplastia. En sus propias palabras, "desde mi última cirugía, hay algunas cositas que quiero retocar... bueno, que necesitan retocarse".
Pero la historia va más allá de las cirugías estéticas. Recientemente, Katie ha tenido que aclarar rumores sobre su drástica pérdida de peso. En una entrevista al podcast Disruptors de Rob Moore, negó rotundamente el uso de Ozempic u otros medicamentos para adelgazar. Su explicación se centra en los efectos secundarios de tratamientos de fertilidad “he tenido tres FIV en los últimos 15 meses. Todos fallaron,” y una prolongada inactividad tras una fractura de pie.
La situación se complica aún más al considerar que este viaje a Turquía se produce en medio de problemas legales, pues el año pasado se sometió a la cirugía original mientras existía una orden de arresto en su contra por un caso de bancarrota de £760.000. Este hecho, sin duda, añade una capa adicional de complejidad a la situación.
Y la cosa no termina ahí. Además de los retoques faciales, Katie ha anunciado planes para realizarse un relleno de glúteos. En sus propias palabras, "¡Oh, lo ha vuelto a hacer! ¡Está más cerca de parecer una muñeca Bratz!", explicando que la pérdida de peso ha dejado su trasero "caído". Esto se suma a una larga lista de intervenciones estéticas previas, incluyendo un aumento de labios y varios levantamientos de glúteos, algunos realizados tan recientemente como noviembre pasado, donde incluso reveló su interés por tener “un trasero tan grande como mis labios”.
Por último, y como si fuera poco, Katie también ha compartido información sobre un chequeo médico de sus pulmones. Movida por la preocupación por la salud de su madre, quien padece fibrosis pulmonar idiopática, la artista se sometió a exámenes para descartar problemas genéticos y los efectos del vapeo. Afortunadamente, según sus declaraciones, los resultados fueron excelentes.