En el centro de la polémica se encuentra A$AP Rocky, acusado de dos cargos de agresión con arma de fuego semiautomática, un delito que conlleva hasta 24 años de prisión. El rapero se declaró inocente, y su defensa insiste en que no cometió ningún crimen. El incidente, ocurrido en Hollywood en 2021, involucra a su antiguo amigo, A$AP Relli, quien asegura haber sido herido por los disparos de Rocky.
La figura de Rihanna, pareja de Rocky y madre de sus dos hijos, "ha sido mencionada numerosas veces durante la selección del jurado," según reportes de TMZ. Los abogados interrogaron a los potenciales miembros del jurado sobre si eran fans de la cantante o si compraban productos de su marca Fenty. Fuentes cercanas a la pareja indican que Rihanna está “considerando” asistir al juicio para mostrar su apoyo a su novio, aunque su presencia en la corte el martes parecía improbable.
La selección del jurado, que incluyó a un editor de podcasts, un empleado de Trader Joe's y una jueza retirada, tomó dos días y medio. Se presentaron numerosos desafíos por parte de la defensa y la fiscalía, incluyendo la recusación de un jurado que trabajaba para el Departamento de Policía de Los Angeles, debido a sus vínculos con las fuerzas del orden. Las actitudes hacia la policía fueron un tema recurrente, con el juez Arnold cuestionando duramente a aquellos que expresaron desconfianza en las autoridades.
Entre las preguntas más llamativas, destaca la preocupación expresada por la fiscalía sobre el posible impacto de la presencia de Rihanna en el juicio: "¿Qué pasaría si Rihanna viene a la corte, ¿les resultaría difícil mirar hacia allá, ver a la familia del acusado, y dictar un veredicto de culpabilidad?", preguntó el fiscal. Un detalle más en el fascinante desarrollo de este caso que mantiene en vilo a la opinión pública.
El juicio comenzó el viernes con las declaraciones iniciales, tras la juramentación de los 12 miembros del jurado y cuatro suplentes. El propio A$AP Rocky rechazó una oferta de la fiscalía de 180 días de cárcel para evitar arriesgarse a una condena mucho más larga.